martes, abril 29, 2014

Sigamos a los chinos

El éxito, ya sea en el deporte, los negocios, las artes o la política, hace héroes y líderes instantáneos a sus protagonistas. Así es el caso del primer ministro de China, Wen Jiabao, quien formuló sugerencias y recomendaciones a los países emergentes, recomendaciones que a varios de nosotros nos llegaron en cadena por Internet.

El Ministro señaló que el punto principal de un país emergente era hacer cambios inmediatos en la administración pública, eliminando los “factores hipócritas” que inciden en leyes que enfatizan el lado teórico, sin considerar las consecuencias prácticas y reales. Sus diez recomendaciones son:
  1. Pena de muerte para crímenes comprobados: Un criminal no debe ser tratado como celebridad. Los reincidentes han tenido la oportunidad de cambiar, por lo tanto, no merecen vivir.
  2. Severo castigo para políticos corruptos: Como alguien dijo cínicamente, en nuestros países no hay razones para no robar. China castiga la corrupción con la pena de muerte.
  3. Quintuplicar la inversión en educación: Un país que quiere crecer debe producir los mejores profesionales del mundo. Esto sólo es posible si el estado invierte por lo menos cinco veces más de lo que se hace ahora en educación.
  4. Reducción drástica de la carga tributaria y reforma fiscal inmediata: El Estado tiene que ser un aliado y no un enemigo de los negocios.
  5. Reducción del 80% del salario y gastos de los políticos profesionales: El político debe entender que es un funcionario público y no un “rey.” Un diputado en China cuesta menos de 10% de lo que un diputado en Brasil.
  6. Desburocratización inmediata: Los países en vías de desarrollo son muy complicados con barreras, trabas y requisitos innecesarios y repetitivos que dificultan y encarecen el comercio.
  7. Recuperación de la inversión pública eficiente: Los países emergentes han sufrido una parálisis preocupante desde hace 50 años en las inversiones en infraestructura, educación, y prácticamente en todas las áreas relacionadas con el estado, lo que ha dificultado su crecimiento.
  8. Invertir en el cambio de cultura: La mayoría del pueblo en los países emergentes ya no cree en el gobierno, ni en su política, no respeta las instituciones, no cree en sus leyes, ni en su propia cultura, se ha acostumbrado al desorden gubernamental y acepta como normal las noticias sobre corrupción, violencia, deterioro de los servicios públicos, etc.
  9. Invertir en ciencia y tecnología de inmediato: El país más grande y poderoso de américa latina, Brasil, proporcionalmente, invierte menos del 8% que china en ciencia y tecnología. Ahora, Brasil carece de la calidad requerida en ingeniería, medicina y alta tecnología, no cuenta con profesionales de calidad para competir con los países desarrollados que le llevan décadas por delante.
  10. Reducción de la edad laboral y penal a los 16 años: Nuestros países son de los pocos que todavía tratan a los adolescentes de 15 a 18 años como niños, que no son responsables de sus actos, y que se les prohíbe ofrecer su mano de obra. Esto es una contradicción hipócrita de la ley. Sirve para crear delincuentes, que, al cumplir los 18 años, están formados para el delito, ya que no pudieron trabajar y buscaron su formación en el crimen.
¿Qué piensas querido lector? Las diez recomendaciones son buenas, sensatas y de sentido común. Pero, ¿cómo aplicarlas en México? ¿Podríamos aceptar incondicionalmente la voluntad de un ministro dictador o de un partido todopoderoso y omnipresente que sabe mejor que nosotros lo que queremos?

El pueblo chino no tuvo voz ni voto en la formación de su sociedad y economía actual. Yo francamente tendría miedo de aquellos que irían a decidir a quienes enviar al paredón.

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