viernes, enero 02, 2015

Cuba y Estados Unidos

El anuncio de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba sorprendió a muchos aun cuando era “la crónica de una medida anunciada.” El bloqueo económico de Cuba nunca logró los objetivos deseados. Cuba probó ser un hueso más duro de roer que la propia Rusia.

Un beneficio político de la normalización de relaciones es que le abre el camino a la nominatura de Hillary Clinton como la próxima candidata presidencial del Partido Demócrata, promoviendo el apoyo del voto latino. Esto ayuda ante el probable candidato presidencial del partido republicano, Jeff Bush, quien al estar casado con una persona de origen mexicano, tiene asegurada las simpatías de muchos latinos.

Todos sabemos que Estados Unidos se mueve más por intereses que por motivos ideológicos. Las compañías americanas se preguntaban qué ¿Si Estados Unidos podía tener relaciones económicas con China, porque no las podía tener con Cuba? Los intereses españoles han venido aumentando en Cuba, lo cual ha levantado una serie de alertas en los círculos de poder de Estados Unidos.

El primer impacto de la normalización de relaciones va a ser el aumento del turismo americano en Cuba, dejando una gran derrama de ingresos para la economía. Inclusive parte del turismo a México va a ver afectado al preferir muchos turistas americanos visitar Cuba, que les ofrecerá mejores precios y mayor seguridad. El segundo impacto va a ser el aumento de la inversión directa de compañías americanas en el sector servicios e industrial, siendo probable que algunas inversiones a México se redirijan a Cuba aprovechando su mano de obra más barata y mejor preparada. El tercer impacto va a ser el aumento de las exportaciones cubanas a Estados Unidos, en especial el tabaco y la azúcar, lo cual en cierta medida va a afectar las ya mermadas exportaciones mexicanas de azúcar al mercado estadounidense.

Al cabo de uno a dos años, seguramente la sociedad cubana va a experimentar una mejora en su bienestar económico. Muchos cubanos radicados en Estados Unidos con familiares en la isla aumentarán sus remesas. La apertura a las importaciones hará accesibles a la mayoría de los cubanos los productos americanos. Los ingresos y el número de empleados aumentarán en el sector turístico y manufacturero.

Políticamente, el régimen actual va continuar. Indudablemente la apertura democrática no se va a presentar sino hasta después de la muerte de los Castro.

Esta normalización de relaciones con los Estados Unidos es una llamada de atención a los empresarios mexicanos que deberían, a partir de ya, establecer un pie en Cuba. Si se esperan demasiado, se les va a ir el tren.