domingo, junio 01, 2008

Un poemilla de Salvador Díaz Mirón

Este poema es para mis asiduos y gigantesco número de lectores - o sean tres: Yo, migomismo y un servidor.


Que como el perro que lame
la mano de su señor,
el miedo ablande el rigor
que con el llanto derrame;
que la ignorancia reclame
al cielo el bien que le falta.
Yo, con la frente muy alta,
cual retando al rayo a herirme
soportaré sin rendirme
la tempestad que me asalta.
No esperes en tu piedad
que lo inflexible se tuerza:
yo seré esclavo por fuerza
pero no por voluntad.
Mi indomable vanidad
no se aviene a tan ruin papel.
¿Humillarme? Ni ante aquel
que enciende y apaga el día.
Si yo fuera ángel, sería
el soberbio ángel Luzbel.
El hombre de corazón
nunca cede a la malicia.
¡No hay más Dios que la justicia
ni más ley que la razón!
¿Sujetarme a la presión
del levita o del escriba?
¿Doblegar la frente altiva
ante torpes soberanos?
Yo no acepto a los tiranos
ni aquí abajo ni allá arriba.