martes, mayo 29, 2018

Economía mexicana y los presidenciables

¿Qué podemos esperar en la economía bajo las administraciones de Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade? La columna a continuación es un ejercicio de economía-política ficción, no es una predicción de lo que va suceder, sino más bien una advertencia de lo que es posible que suceda. Aunque los elementos para hacer este ejercicio a futuro son las promesas y declaraciones de la campaña electoral de los candidatos, las cuales generalmente distan mucho de lo que eventualmente hacen los candidatos cuando llegan al poder, creo que si hay elementos suficientes para hacer este ejercicio.

Crecimiento económico
A pesar de las reformas y una economía abierta, el crecimiento económico se ha mantenido alrededor del 2% lo que significa menos del 1% en términos del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita. Los tres candidatos han prometido mejorar las perspectivas de crecimiento económico, cada uno con su particular manera de pensar.

La Republica Amorosa: AMLO le daría un impulso importante al crecimiento económico eliminando la corrupción que significa un costo cercano al 10% del PIB, y eliminando la violencia que azota al país la cual cuesta poco más del 20% del PIB, o sea ocho veces la inversión pública en salud y siete veces la inversión en educación… Su frase que llega al inconsciente colectivo de que “las escaleras se barren de arriba hacia abajo”, persuade más a su voto duro que los argumentos para lograrlo. Las fórmulas propuestas parecen no convencer, tales como eliminar la corrupción a través del ejemplo personal de gobernar, y eliminar la inseguridad brindando amnistía a los delincuentes y negociando con la delincuencia organizada.

Otro elemento sería impulsar la autosuficiencia alimentaria reduciendo las importaciones: “sin maíz no hay país” e introduciendo precios de garantía. Esto preocupa a los economistas que advierten que los productores agrícolas migrarán de sus cultivos de exportación a los subsidiados, reduciendo el superávit agropecuario hasta convertirse en un déficit. Los precios de los productos de la canasta básica tales como el maíz y frijol aumentarán de precio promoviendo la inflación y debilitando al peso. El precio de la tortilla se mantendría mediante subsidios, lo cual aumentará el déficit fiscal.

Dentro de las anti medidas para el crecimiento económico estarían el desconocimiento a las reformas educativa y energética, así como detener la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional para la Ciudad de México, medidas que disminuirán la calidad de la educación, la inversión en el sector energético, la inversión en el sector turismo y las entradas de divisas por el transporte aéreo de pasajeros y mercancías.

Ricardo Anaya de frente al futuro: la concepción de Anaya es la de aumentar la inversión pública del actual 3% del PIB al 5% para el 2021, lo cual impulsaría a su vez la inversión privada para que en conjunto alcancen un nivel de inversión del 25% del PIB. Otro elemento es el de crear una unidad especializada en asociaciones público privadas que se abocara a estructurar proyectos susceptibles de financiamiento privado a nivel nacional. Los proyectos de inversión pública se supervisarían y ejecutarían con los más altos estándares técnicos y de transparencia, constituyéndose en verdaderos detonadores del crecimiento. Su tercera propuesta es la creación de un ombudsman de la inversión a fin de desbloquear la inversión productiva, dando así certeza a los empresarios de poder acudir a una institución del Estado que les garantice no tener barreras burocráticas o de corrupción a su inversión. Otros elementos de su propuesta económica son mantener una economía abierta y un tipo de cambio flexible.

Por el México que nos merecemos: Meade le apuesta a que su administración generaría certidumbre y confianza con los inversionistas y empresarios domésticos y extranjeros, evitando una caída en la inversión y el crecimiento económico. Un elemento fundamental para dinamizar el crecimiento es ser más eficiente en el ejercicio del gasto público el cual, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, se pierde en un 3% por ineficiencias. Un segundo elemento sería el impulso y apoyo a las mujeres en la creación de empresas y oportunidades de empleos bien pagados. El grupo poblacional más grande que sufre discriminación, que menos trabaja y menos gana es el de las mujeres, su inclusión dinámica por lo tanto tendrá un impacto positivo en el crecimiento de la economía y del mercado interno. Un tercer elemento es el de continuar con la reducción de los niveles de endeudamiento, lo que permitiría el fortalecimiento del peso y mejorar las perspectivas económicas.

Los tres candidatos han prometido no generar más déficit en las finanzas públicas, no recurrir a una mayor deuda pública, y respetar la autonomía del Banco de México, promesas que seguramente algunos candidatos no respetarán si llegan a ganar las elecciones, puesto que “en economía nada es gratis”.

Del crecimiento al progreso económico
Primero los pobres: AMLO se ha comprometido a otorgarle $3,600 pesos a 2.3 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, los conocidos ninis, para que se inserten a la vida académica y laboral, así como duplicar las pensiones a los adultos mayores. El apoyo a los ninis significaría un gasto anual de $100,000 millones de pesos, lo cual tendrá que venir de la reducción en el gasto público, de mayor recaudación o más deuda. El financiamiento para aumentar las pensiones a las personas de la tercera edad provendría de la eliminación de las pensiones a los ex presidentes, las cuales ascienden a cerca de 50 millones de pesos por cada exmandatario federal.

La renta universal: Anaya considera que una renta universal ayudaría a disminuir la pobreza, la desigualdad y estimularía el mercado interno, además de que combatiría al desempleo impulsando a los emprendedores. El financiamiento para esta propuesta provendría, por un lado, de la reordenación de los programas sociales que son más de 6,500 varios de los cuales no cuentan con reglas claras de operación, ni con padrones confiables, muchos de los cuales están duplicados y son terreno fértil para la corrupción; y por el otro, de los recursos ahorrados gracias a un programa de austeridad, de eliminación de los privilegios y gastos innecesarios de los funcionarios públicos. Aun cuando Anaya no ha especificado el monto de la renta universal, un cálculo conservador de $1000 por mes, lo que equivaldría a $12,000 pesos al año a 125 millones de mexicanos, arroja un costo anual de 1.5 billones de pesos. Si se considera que en el 2017 el gasto público ascendió a 5.1 billones de pesos, el costo de financiar la renta universal sería casi una tercera parte del gasto total, muy por encima de lo que podría financiarse por la reordenación de los programas sociales y los ahorros por la austeridad, y eliminación de gastos innecesarios.

Avanzar contigo: Meade pretende reconocer las necesidades individuales de los ciudadanos. De ganar la presidencia, reforzará el programa de ayuda social Prospera, prometiendo otorgar hasta el triple del apoyo económico que actualmente reciben las familias. Su administración (1) apoyaría a las mujeres emprendedoras y crearía guarderías de tiempo completo, (2) otorgaría becas del 100% a estudiantes en edad de preparatoria cuyas familias sean beneficiarias del programa Prospera, (3) duplicaría las pensiones a los adultos mayores pasando de $580 al mes a $1,160 pesos, (4) elevaría a $5,700 bimestrales el apoyo para las familias con alguna persona con discapacidad… Nos dice, “Sé cómo acabar con la pobreza, nuestros adversarios lo que saben es cómo hacerla general”. La manera de financiar sus propuestas seria a través de una mayor eficiencia en el uso y manejo del gasto público, pero pareciera que un ahorro del 3% en el gasto público no sería suficiente para sufragar el costo que implica triplicar su programa social.

Los tres candidatos prometen mejorar el bienestar económico de los grupos más vulnerables de la sociedad sin aumentar impuestos y con cero deudas, lo cual a todas luces parece inverosímil. Los apoyos monetarios a los ninis y la renta universal seguramente promovería la cultura del menor esfuerzo, suscitaría inflación y aumentaría las tasas de interés… no tengo duda, México perdería grado de inversión.

Gasolinazos
Los economistas saben que el precio correcto de un bien transable en el mercado internacional es su costo de oportunidad, si se trata de un bien importado su precio en el país tiene que reflejar su costo de importación más los seguros y fletes; si se trata de un bien exportable, su precio en el mercado interno tiene que expresar lo que el país deja de ganar al no venderlo en el mercado internacional, o sea su precio de exportación. Vender en el mercado nacional a un precio inferior al costo de oportunidad, significa menor crecimiento económico, implica perder divisas y promover el consumo excesivo.

AMLO pretende congelar el precio de la gasolina por tres años y construir dos refinerías para reducir las importaciones de refinados, en especial de las gasolinas y diésel. El costo de vender las gasolinas y el diésel por debajo de sus precios internacionales implica un subsidio de alrededor de 20,000 millones de pesos al año.

Ricardo Anaya propone desarrollar energías limpias y mejorar la refinerías actuales; considera que sería antieconómico construir nuevas refinerías cuando la tendencia mundial es precisamente no añadir nueva capacidad de refinación.

José Antonio Meade reconoce que el precio doméstico de las gasolinas debe reflejar su precio internacional y lo que se debe hacer para bajar los precios internos, es reducir los impuestos. También se opone a la construcción de nuevas refinerías.

La propuesta de AMLO aumentaría la deuda y las tasas de interés, y llevaría a la construcción de dos elefantes blancos. La recomendación de Anaya de desarrollar energías amigables al medio ambiente es una recomendación de mediano y largo plazo, y en línea con la tendencia mundial. La propuesta de Meade de reducir los impuestos a los combustibles para el transporte es probablemente más razonable y aplicable en el corto plazo.

2019-2024: Desastre socioeconómico provocado por un modelo fracasado

AMLO gana las elecciones y dirige los destinos del país del 2019 al 2024, esto es lo que supongo va pasar durante ese periodo.

Ante la compleja situación por las políticas económicas de AMLO, donde la inversión extranjera disminuye, se produce fuga de capitales y de cerebros, los precios aumentan, el peso se devalúa, el dinero se encarece, y empieza a haber escasez de productos básicos, la administración de AMLO radicaliza sus posturas. La disminución en el ritmo de crecimiento económico lleva a AMLO a cambiar el objetivo del Banco de México de controlar la inflación a fomentar el crecimiento económico, lo cual fomenta aún más el aumento de los precios, el incremento en las tasas de interés, y la disminución de la inversión privada por el encarecimiento del dinero. El Presidente Andrés Manuel López Obrador declara que los problemas económicos se deben a la precaria situación que heredó del gobierno previo y del abuso de empresarios y comerciantes en su afán desmedido de lucro, especulando con las necesidades del pueblo. Su fiscal general –seleccionado de la terna que él mismo presentó al Congreso– encarcela a exfuncionarios de la administración de Enrique Peña Nieto y a algunos empresarios considerados de la mafia del poder. Hay que tomar en cuenta que para los populistas es vital la polarización, la división entre “nosotros y ellos” para afianzarse en el poder.

El manual de economía para AMLO es, por un lado, el desarrollo estabilizador de Antonio Ortiz Mena durante las administraciones de López Mateos y Díaz Ordaz, cuando se presentó el mayor crecimiento económico en el país de 1958 a 1970; y por el otro, el populismo de la docena trágica de 1970 a 1982. El problema es que el mundo actual es muy diferente al mundo de entonces. El modelo de desarrollo estabilizador se basaba en el proteccionismo industrial y a la política de sustitución de importaciones, medidas que sirvieron para empoderar la industria mexicana en un primer estadio. La economía de entonces era muy sencilla y mucho antes que la globalización. La llegada de populismo económico de Luis Echeverría y López Portillo mantuvo a la economía cerrada mientras que los tigres asiáticos crecieron abriéndose al mercado internacional. Ahora hasta China y Vietnam tienen economías de mercado que han enriquecido enormemente a esos países… AMLO simplemente ignora al mundo exterior y eso es tremendamente preocupante.

La reedición de las estrategias de AMLO de intervención del Estado, controles de precios, sustitución de importaciones, y déficits fiscales son los ingredientes indispensables para un verdadero desastre económico. Estimado lector, en economía nada es gratis: el mercado no responde a la voluntad de un presidente, sino a las acciones de millones de personas en función de su confianza, su interés, su incentivo o desincentivo.

Ante el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas, AMLO convoca a un plebiscito para llevar a cabo una reforma constitucional, creando un Tribunal Constitucional por encima de la Suprema Corte de Justicia, un tribunal electo a la manera soviético-fascista. Los partidos de oposición son declarados ilegales y sus dirigentes encarcelados.

Nuestro historiador Enrique Krauze advierte que cuatro palabras que deberían ser impronunciables en política son “el pueblo soy yo”… Ese será el lema de nuestro mesías tropical y los primeros en sufrir por su ignorancia, incapacidad, y autoritarismo serán precisamente las personas que constituyen su voto duro: los pobres y los trabajadores de baja y mediana calificación. Posiblemente por ignorancia o por odio a los últimos gobiernos, sus seguidores no se dan cuenta o pretenden ignorar cuanto más se pueden empeorar las cosas en México.

jueves, mayo 10, 2018

Boletas de Calificaciones de los tres candidatos presidenciales: Tercer Grado

Después de ver y escuchar a los tres candidatos presidenciales en el programa Tercer Grado (mayo 2018), AMLO, Meade y Anaya, no hubo sorpresas, los resultados fueron los esperados:

1) Anaya hablando menos que de costumbre, el mejor;
2) Meade animado expuso sus virtudes, en segundo lugar, y
3) AMLO muy pausado hablando de lo que quería hablar, al último.


Andrés Manuel López Obrador tuvo la peor actuación al evitar contestar casi todas las preguntas de los periodistas, y anteponiendo sus temas menos controversiales. Se vio desorganizado, olvidadizo, autoritario y defensivo. Actuaba más como presidente que como candidato. Los periodistas que lo entrevistaron no fueron lo suficientemente incisivos. Le formularon sus preguntas, pero AMLO aprovechó el tiempo de respuestas para enviar sus mensajes: "si me apoyas, te perdono… si me críticas, ahí de ti… yo decido antes que las instituciones, etc.”

A mi juicio, reprobó con una calificación de 4 en la escala de 10.

Le sigue José Antonio Meade, quién --apasionado y optimista-- interrumpió a casi todos sus entrevistadores, hablando sin parar, muchas veces no contestando las preguntas directamente, sino haciendo sus propios planteamientos… parecía gritar “no me den por muerto… soy el mejor… soy la única opción para salir adelante.”

Lo vi con contundencia y profundidad, manifestando muchos de sus principios rectores. Desgraciadamente perdió gran parte del tiempo atacando a Andrés Manuel y auto elogiando sus virtudes, como su experiencia, capacidad, honestidad... pero, perdió la oportunidad de deslindarse de los lastres que le significan el PRI y Peña Nieto.

Su calificación es de 6, pasó, pero de panzazo.

Finalmente, Ricardo Anaya hizo una entrevista clara, conciliadora y más pausada, respondiendo a casi todas las preguntas... en lugar de interrumpir a los entrevistadores, estos lo interrumpían, y a pesar de ello, Anaya mantuvo la línea de sus pensamientos. Se notaba preparado, organizado, contundente y seguro de sí mismo. Trató de verse institucional, tendiendo puentes a Felipe Calderón y a Margarita. Efectivamente, no contestó a todo, evitando en ocasiones meterse en camisa de 11 varas y aceptar la responsabilidad en varios hechos que le correspondía como miembro directivo del PAN...

Su calificación para mí fue de 7.5, la mejor de los 3 candidatos.

Cabe aclarar que es difícil que cualquiera que pretenda un puesto de elección popular obtenga una calificación cercana al 10, porque su condición de político lo hace decir la verdad a medias, y ocultar la verdad con tramas ajenos al tema de la conversación.