miércoles, abril 09, 2008

Ni Tan Niños Ni Tan Héroes

De casualidad leí algunas de las preguntas y respuestas acerca de los Niños Héroes en el blog de Yahoo, y quedé francamente sorprendido: “Que los niños héroes ni eran tan niños ni eran tan héroes”, “que Juan Escutia no se tiró envuelto en la bandera, sino que se cayó ebrio de borracho”, “que no eran cadetes sino reos prisioneros en el castillo”, “que la gesta solo cobró importancia por necesidad política hasta Miguel Alemán”, etc. Me gustaría aclarar estos puntos, y la mejor manera de hacerlo es visitando las fuentes históricas.

En éste capítulo de nuestra historia hay cuatro fuentes:

  1. La de los americanos,
  2. la del gobierno mexicano de la época,
  3. la de los opositores al gobierno, y
  4. la propia historia de los involucrados.

Los Niños Héroes según fuentes americanas: Los americanos tienen records confirmando (a) un enfrentamiento en la toma del Castillo, (b) la captura de prisioneros en el Castillo y su liberación posterior de 49 apresados por autorización del Teniente Coronel Ethan A. Hitchock, encargado de la inspección general del ejército norteamericano. Entre otros, aparecen los siguientes nombres: J. Mariano Monterde (Director General), Antonio Poucel (Prof. Esgrima) y alumnos: Manuel Alemán, Fernando Poucel, Miguel Poucel, José T. Cuellar, Antonio Solá, Ignacio Molina, Cástulo García, Esteban Zamora, Vicente Herrera, Ignacio Burgoa, Santiago Hernández, etc.

Fuentes oficiales de la época: Los documentos registran que el 11 de Noviembre de 1847 se crea la Medalla de Honor, para venerar a los defensores del Castillo de Chapultepec. El Director del Colegio Militar, el General José Mariano Monterde envió a la Secretaría de Guerra el 6 de Diciembre de 1848 la relación de los defensores del Castillo para ser condecorados con la Cruz de Honor. En ella figuran, entre otros, los tenientes Manuel Alemán, Fernando Poucel, Juan de la Barrera; subtenientes Miguel Poucel, José T. Cuellar, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca, Agustín Melgar, Vicente Suarez, etc. Esta lista apareció el 16 de octubre de 1848 en el Correo Nacional, periódico oficial del Gobierno de la República Mexicana (por cierto, en dicha publicación deletrean incorrectamente Poucel, como Pouset). Los sobrevivientes de la batalla de Chapultepéc (Fernando Poucel, José T. Cuéllar, Antonio Solá, Ignacio Molina, Cástulo García, Esteban Zamora, Vicente Herrera, Ignacio Burgoa y Santiago Hernández) se reúnen y crean la "Asociación del Heroico Colegio Militar" en 1871, y en reconocimiento al destacado papel de Fernando Poucel en la batalla, los cadetes sobrevivientes lo designan Presidente Fundador de la Sociedad. Ese mismo año, el 13 de Septiembre se celebra por primera vez el Aniversario del Sacrificio del Castillo de Chapultepec siendo presidida por Benito Juárez y su gabinete.

Los conservadores opositores a Juárez: Las fuentes del grupo conservador informaron en su momento que los niños héroes no eran ni tan niños, ni tan héroes. Los conservadores montaron una campaña para desprestigiar las acciones del gobierno juarista, mencionándose entre otras cosas, que los cadetes no eran cadetes, sino personas arrestadas en el Castillo, que eran alumnos en estado de ebriedad, que uno de los cadetes abrigándose con la bandera se cayó a su muerte por estar borracho, etc. Lo sorprendente es que ahora han vuelto a resurgir estas interpretaciones negando la existencia de alumnos que se enfrentaron a las tropas de asalto estadounidenses. Mi hija de 14 años me dijo, mientras comíamos, que su maestra le había dicho que los niños héroes no existieron. Véanse asimismo las preguntas y respuestas sobre el tema a las que hice referencia al inicio.

La historia oral de los participantes: Yo desciendo de los Poucel, y tres de ellos lucharon en la defensa del Castillo: Antoine Poucel (maestro de esgrima), Fernando Poucel (cadete con grado de teniente), y Miguel Poucel (cadete con grado de subteniente). Según nuestra historia familiar, cuando el ejército norteamericano marchaba hacia Chapultepéc, el Director del Colegio ordenó a los muchachos que se fueran a sus casas. Sin embargo, varios de ellos rehusaron abandonar el Castillo, quedándose en el Colegio cerca de 200 cadetes, algunos maestros y el director. Los americanos, después de dominar el área alrededor del Castillo, lanzaron sus tropas de asalto sobre el mismo. Los alumnos respondieron y contuvieron el avance americano por varias horas. Cuando se les terminó la pólvora y municiones, entraron los americanos y la lucha se tornó cuerpo a cuerpo, con bayonetas y espadas. Los muchachos cuando vieron que los americanos estaban por llegar al jardín donde ondeaba la bandera, la bajaron y trataron de escapar cuando fueron atacados. Juan Escutia recibió varios balazos, y cayó al vacío con la bandera. A mi tatarabuelo, Antoine Poucel lo hirieron. De acuerdo a la historia familiar, Fernando Poucel fue el último en deponer las armas. A la mejor por eso, después de más de dos décadas de la batalla, sus compañeros que lucharon con él lo nombraron Presidente Fundador de la Asociación del Heroico Colegio Militar. Hay una fotografía donde están los fundadores de la asociación sentados alrededor de una mesa sobre la cual hay una botella de vino. Su compromiso era que el que sobreviviera a todos se tomaría la botella: Mi familia tiene la botella (claro, vacía… se la tomó mi tío bisabuelo Fernando).

¿Cuál historia hay que creer? De las cuatro fuentes de información, ciertamente la de los conservadores opositores al gobierno, es la más sospechosa y tendenciosa. Yo en lo particular, le creo más a mi historia familiar.

Ahora, con los triunfos del PAN, vivimos algo de revisionismo histórico. En una nota en el portal de la presidencia se habla de otro “niño héroe” quien tuvo la fortuna de también salir con vida, el conservador y acérrimo enemigo de Benito Juárez, Miguel Miramón. En efecto, Miguel Miramón figuró en la defensa del Castillo, y seguramente no estaba ebrio, pero tampoco tuvo una actuación destacada. ¿Qué, ahora para ser héroe hay que ser de derecha?

Es tiempo de aceptar nuestra historia, pero de manera objetiva. Hay que reconocer, no menospreciar, a todos aquellos que lucharon contra la invasión americana, independientemente de su filiación política. Los pies bien plantados en el pasado son los cimientos para encarar con éxito los desafíos del mañana. Empecemos por correr a los maestros que le niegan a nuestra juventud los pocos héroes que en realidad no son mitos: ¡Los niños héroes si fueron niños y si fueron héroes!