miércoles, diciembre 19, 2018

Cancelar o no cancelar el NAIM, esa es la pregunta

Un colega me preguntaba que por qué no había escrito más sobre las declaraciones de nuestro nuevo presidente en funciones y las decisiones que ha venido tomando su administración. Mi respuesta es que estoy algo triste por el bajo nivel de esta administración, cuyo titular fue favorecido por la inmensa mayoría de mexicanos.

Independientemente de que los mexicanos pensantes y patriotas debemos de recapacitar sobre las razones que hicieron que la mayoría de la gente hubiera seleccionado al candidato más inepto y menos preparado para dirigir los destinos de la patria, para así tratar de evitar que vuelva a suceder algo parecido en el futuro, existe la otra pregunta y es, ¿a dónde nos están llevando estas decisiones tan irresponsables, carentes de sentido común, y desamparadas por el conocimiento?

Dentro de todas las decisiones de política pública que ha tomando el gobierno actual hasta el momento, destaca la terminación del aeropuerto en Texcoco, el NAIM. Los expertos internacionales, los intelectuales mexicanos, y la oposición no pudieron convencer a Andrés Manuel López Obrador de continuar con el Aeropuerto de Texcoco, sin embargo, las grandes compañías financieras de Estados Unidos parecen que le están impidiendo que cometa tan grave error. La maraña financiera de recompra de bonos propuesta por el gobierno mexicano para tratar de evitar que estas compañías y sus grandes abogados neoyorquinos llevaran a México a una encrucijada financiera internacional, no ha funcionado y probablemente no vaya a resultar. Las colmilludas empresas tenedoras de los bonos del aeropuerto, pueden sentarse a esperar o emplazar a México para que le pague los bonos no a la par, o sea al valor de recompra de un dólar, sino de dos o tres veces el valor original. El proceso legal llevaría a la reducción de la calificación crediticia de México, aumentando el costo del dinero y disminuyendo la confianza de los inversionistas extranjeros.

Ante esta situación, ¿qué es lo que va a pasar? Yo diría que sí hay un poquito de sentido común, la administración actual continuaría con el proyecto de Texcoco ante los enormes costos de terminación del proyecto; pero, conociendo la terquedad del tabasqueño, no me parece nada remoto que se aferre a la decisión de terminar el aeropuerto, llevando al país a uno de los desastres financieros más grandes que hemos vivido en los últimos 100 años, solamente comparable a la crisis que vivimos con Cárdenas con la expropiación del petróleo, cuando México se enfrentó a los gobiernos, empresas petroleras y financieras de Estados Unidos y Europa. En aquel entonces, el gobierno de Cárdenas estaba en lo cierto, lo cual no es el caso para el gobierno actual.

martes, diciembre 04, 2018

NAIM y el problema financiero de abandonar el proyecto

Imagínense que están construyendo un edificio de oficinas de 100 millones de pesos, para lo cual colocaron bonos en el mercado por 30 millones, bonos adquiridos por empresas financieras al valor de venta a la par (costo-precio de un peso). Invierten ustedes esos 30 millones de recursos en el proyecto, el cual avanza 30%. Sin embargo, de repente se les ocurre cambiar de parecer y ya no quieren seguir con ese proyecto sino empezar un segundo edificio del mismo costo en otro sitio, por lo que tratan de abandonar el primer proyecto.

Con el solo anuncio de que van a suspender el proyecto, los tenedores de los bonos sufren la pérdida de valor de los bonos que pasan de un dólar a $0.70, acumulando una pérdida del 30%, por lo que los inversionistas emprenden acciones legales contra ustedes, los propietarios del proyecto.

En las cláusulas de los contratos existen provisiones de penas y castigos por la suspensión arbitraria del proyecto, que en un extremo implica pagar el precio original de los bonos más una compensación. Ustedes, los dueños del proyecto, por lo tanto, perderían:
  1. los 30 millones de financiamiento más las penas, multas y castigos (digamos 6 millones adicionales),
  2. los costos iniciales de 2 millones de pesos más los 30 millones de pesos de los bonos que ya habían invertido en equipos, materiales, estudios, salarios, etcétera, y
  3. el costo de volver a rehabilitar ese terreno (digamos 2 millones adicionales).
En total, ustedes los dueños del proyecto, por la ocurrencia de cambiar de parecer, estarían perdiendo 36 + 32 + 2 = 70 millones de pesos… El 70% del valor del edificio. Aparte, tendrían que pagar 100 millones de pesos adicionales por el desarrollo del 2do edificio; o sea, el caprichito de substituir el proyecto por otro les costaría 170 millones de pesos, 70 millones mas de lo que originalmente iban a pagar.

Algo parecido está sucediendo con la inexplicable ocurrencia de Andrés Manuel López Obrador de suspender el proyecto actual del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, NAIM.

A fin de evitar semejante pérdida, el gobierno de AMLO ha decidido continuar con el proyecto del NAIM hasta que puedan resolver la amenaza del problema financiero. Las empresas financieras tenedores de las cuatro emisiones de bonos por un total de 6,000 millones de dólares amenazan con acciones legales contra el GACM (Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México). Las empresas calificadoras han reducido la calificación de los bonos casi al grado de papel basura, por lo que las indemnizaciones penas y castigos serían muy elevadas, aparte de que contaminaría otras deudas publicas, como las de Pemex y CFE.

De tal manera, el día 3 de diciembre de 2018 se ofreció la recompra de los bonos por un monto de 1,800 millones de dólares a un precio de adquisición de $0.90 a $1.00 dólar. Esta oferta se mantendrá durante 20 días hábiles hasta el 2 de enero de 2019.

El propósito de esta acción es la de restablecer la confianza de los inversionistas en el papel mexicano y tratar de llegar a un acuerdo con los tenedores para evitar las acciones legales. De tal manera, hay una doble finalidad en esta oferta de recompra, por un lado, restablecer la confianza en México pagando un precio más cercano al precio de adquisición, y, por el otro, convencer a los tenedores para modificar algunas de las cláusulas de los contratos sobre todo en lo referente a las penas y castigos por la suspensión del proyecto.

Muchos partidarios de AMLO han festejado esta maniobra financiera afirmando que aumentará la confianza de los inversionistas, lo cual es equivalente a provocar un incendio de manera intencional y después congratularse por haber llamado a los bomberos.

El gobierno entrante ha informado que se mantendrán los trabajos en el proyecto hasta que no se actualice el programa institucional del nuevo aeropuerto internacional, incluyendo hacer frente a los compromisos con los inversionistas, contratistas y acreedores. Suponiendo que esta maniobra financiera tuviera éxito, el cierre del NAIM se podría anunciar en la segunda quincena de diciembre del 2018.

Pero cabe hacernos la pregunta de ¿cuánto nos va a costar a los mexicanos la suspensión arbitraria del NAIM?

  1. Todo lo que se ha invertido hasta el momento en el proyecto, alrededor de 60,000 millones de pesos.
  2. Los 36,000 millones de pesos que de inmediato se irían a pagar una deuda originalmente contratada de 10 a 30 años.
  3. Seguir pagando los bonos que permanecen manos de los inversionistas extranjeros, o sea 84,000 millones de pesos por una obra que ya no se está realizando.
  4. Alrededor de 38,000 millones de pesos para los contratos ya firmados del NAIM.
  5. Un costo aproximado de 40,000 millones de pesos para eliminar lo hecho hasta ahora y rehabilitar el área del proyecto en Texcoco.
  6. Los 80,000 millones de pesos de desarrollar el aeropuerto de Santa Lucía.
  7. Los 5,000 millones de las adaptaciones en los aeropuertos de Toluca y el AICM (Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México).
  8. Los 2,500 millones de pesos para conectar el AICM con el de Santa Lucía.

O sea, el costo de suspensión del NAIM (suma del 1 al 5) ascendería a 258,000 millones de pesos, alrededor del 99% del costo total del proyecto de Texcoco de 260,000 millones de dólares pesos. Aparte, hay que sumar los 80,000 millones de pesos que costaría el aeropuerto es Santa Lucía, más los 5,000 millones de las adaptaciones de los aeropuertos de Toluca y el de AICM, y 2,500 millones de pesos para las vías para conectar el aeropuerto de Toluca con el de Santa Lucía.

El capricho autoritario de suspender el aeropuerto en Texcoco nos saldrá costando a los mexicanos arriba de 345,500 millones de pesos, 85,500 millones de pesos más que el costo del proyecto actual, para tener un sistema aeroportuario de menor capacidad de flujos de pasajeros y carga. Y, claro, hay que recordar que todavía falta por hacer el proyecto ejecutivo para el aeropuerto de Santa Lucía que hasta el momento no se tiene.

Las preguntas clave son:
  1. ¿podría volverse a reactivar el proyecto del aeropuerto en Texcoco y abandonar el de Santa Lucía.
  2. ¿Podrán estas medidas de parches financieros devolver la confianza de los inversionistas a los proyectos de infraestructura del gobierno mexicano?
En la opinión de quien esto escribe, la decisión de abandonar el proyecto del aeropuerto en Texcoco ya fue tomada, a pesar de que los costos financieros, económicos y de pérdida de empleos sigan ascendiendo. AMLO, fiel a su obstinada condición de ser, suspenderá el proyecto del NAIM y desarrollará la opción de Santa Lucía independientemente de lo que le digan los expertos, mercados e inversionistas.

En cuanto a restablecer la confianza de los inversionistas con estas maniobras financieras, difícilmente lo logrará en los próximos años: los mercados olvidan, pero no perdonan. Por ello, a pesar de la oferta de recompra por 1,800 millones de dólares, 1) la calificadora Moody’s mantuvo su baja calificación de Baa3 de dichos bonos, el último peldaño antes de llegar al bono basura, y 2) varios inversionistas han declarado que rechazarán la oferta de recompra.

Ponte a pensar querido lector, si tú fueras inversionista, ¿invertirías en un país cuyo gobierno abandona el proyecto de infraestructura más importante de las últimas décadas, que había sido estudiado por más de 30 años y recomendado por los más capacitados expertos internacionales, en favor de un aeropuerto alterno confirmado por los expertos como la peor opción? Esto, esto querido lector, no da confianza.

sábado, diciembre 01, 2018

Cumbre del G-20, ¿servirá para algo?

Los principales 20 países del mundo se están reuniendo en Buenos Aires, Argentina por dos días para discutir sobre desarrollo, infraestructura, seguridad alimenticia, mercados laborales, economía digital y reformas a la Organización Mundial del Comercio. Sin embargo, existen otros cinco retos globales que ensombrecen los objetivos oficiales de la cumbre, dentro de los cuales destacan:

1. la tensión comercial entre Estados Unidos y China,
2. los problemas entre Rusia y Ucrania,
3. la visión europea,
4. el asesinato del columnista Jamal Khashoggi
5. el cambio climático.

Cabe hacer notar que estos 20 países controlan el 85% de la producción bruta global, el 80% de las inversiones, el 75% del comercio y representan 2/3 de la población mundial, por lo que sus acuerdos pueden representar un avance en la economía mundial y la reducción de tensiones regionales o, por el contrario, pueden aumentar las diferencias y tensiones entre los países.

Tensiones comerciales: Estados Unidos y China llegan a la reunión bajo la amenaza de Trump de imponer nuevas tarifas a las importaciones chinas. Dentro de las reuniones bilaterales, la más sonada y de mayor interés es la cena entre Donald Trump y Xi Jingping el sábado 1 de diciembre, cuyo resultado podría determinar si la disputa comercial entre ambos países se reduce o aumenta. Antes de salir a la Cumbre del G-20 Trump habló de subir los aranceles del 10 al 25% a las importaciones chinas a partir del 1 de enero de 2019. Viendo la conducta del mandatario estadounidense, este economista es escéptico de que vayan a lograr un acuerdo que reduzca la probabilidad de una guerra comercial entre ambos países; el enfrentamiento probablemente continuará disminuyendo el comercio y aumentando la inestabilidad en los mercados.

Un punto neurálgico dentro de las negociaciones entre Estados Unidos y China es el de la propiedad intelectual, en donde Estados Unidos sigue un enfoque duro de enjuiciar y extraditar a los culpables del robo de la propiedad intelectual, tratándolos como espías. Estados Unidos considera que la Organización Mundial del Comercio no tiene la autoridad ni los dientes para proteger la propiedad intelectual.

Conflicto entre Rusia y Ucrania: Donald Trump canceló la junta que iba a tener con Vladimir Putin por la captura de los barcos y marinos ucranianos, los cuales hasta el momento no han sido liberados. Rusia argumenta que Ucrania no tiene permiso para navegar entre su territorio y la península de Crimea, mientras que Ucrania se defiende citando las leyes y prácticas internacionales. La reunión entre Estados Unidos y Rusia era importante para examinar el tratado de fuerzas nucleares de rango intermedio, dado que Donald Trump anunció en octubre que se retiraba del acuerdo debido a que Rusia no lo estaba cumpliendo. Como es natural, la falta de acuerdo para evitar la proliferación de estas armas aumenta el riesgo para la paz y genera inestabilidad mundial.

Europa débil o fuerte: por un lado, la tarea del presidente francés Emmanuel Macron es la de asegurar de que el punto de vista europeo es escuchado, evitando que su mensaje se diluya por las divisiones internas, en especial las ocasionadas por la Gran Bretaña al salirse de la comunidad europea. Emmanuel Macron ha propuesto fortalecer la fuerza militar europea, porque considera que ya no pueden depender de los Estados Unidos. Esta proposición ha causado molestia por parte de la administración de Donald Trump. Por el otro lado, la salida de Gran Bretaña de la Comunidad Europea, el llamado Brexit, ha generado divisiones internas las cuales Donald Trump trata de aprovechar para alcanzar un acuerdo comercial con Gran Bretaña y así debilitar aún más la unidad europea.

Asesinato del columnista del Washington Post: el príncipe saudita Mohamed Bin Salman, señalado como el autor intelectual del asesinato del periodista Jamal Khashoggi dentro del Consulado de Arabia Saudita en la capital turca ha generado fuertes críticas al reino de Arabia Saudita. Sin embargo, Estados Unidos hasta el momento se ha hecho de la vista gorda argumentando los importantes nexos entre ambos países, los grandes y jugosos contratos militares con Arabia Saudita y las fuertes inversiones sauditas en Estados Unidos. La Rusia de Putin también se ha quedado callada, mientras que los líderes de los países europeos han criticado este asesinato como un crimen indefendible. La posición de Trump y Putin ilustra el poco valor que le confieren a los derechos humanos.

Otra de las reuniones más anticipadas es la que se espera entre el presidente turco Tayyip Erdogan y el príncipe saudita.

Cambio climático real o imaginario: este subtema es de poco interés para Donald Trump, quien considera que la acción humana no tiene efectos en el cambio climático, por ello, el año pasado, anunció su intención de retirarse del Acuerdo de París.

¿Cuáles van a ser los resultados de esta cumbre? ¿Se alcanzará un consenso sobre el comercio y el cambio climático? Este escribiente considera que se van a alcanzar los mismos o peores resultados que los que se alcanzaron en la reunión del G-20 en el 2017 en Hamburgo Alemania, en donde el documento final de la reunión no logró salir por consenso. En efecto, por muy sensatos que sean la mayoría de los líderes del grupo de los 20 es imposible lograr acuerdos cuando dos de sus principales líderes no están dispuestos a ceder.