martes, diciembre 04, 2018

NAIM y el problema financiero de abandonar el proyecto

Imagínense que están construyendo un edificio de oficinas de 100 millones de pesos, para lo cual colocaron bonos en el mercado por 30 millones, bonos adquiridos por empresas financieras al valor de venta a la par (costo-precio de un peso). Invierten ustedes esos 30 millones de recursos en el proyecto, el cual avanza 30%. Sin embargo, de repente se les ocurre cambiar de parecer y ya no quieren seguir con ese proyecto sino empezar un segundo edificio del mismo costo en otro sitio, por lo que tratan de abandonar el primer proyecto.

Con el solo anuncio de que van a suspender el proyecto, los tenedores de los bonos sufren la pérdida de valor de los bonos que pasan de un dólar a $0.70, acumulando una pérdida del 30%, por lo que los inversionistas emprenden acciones legales contra ustedes, los propietarios del proyecto.

En las cláusulas de los contratos existen provisiones de penas y castigos por la suspensión arbitraria del proyecto, que en un extremo implica pagar el precio original de los bonos más una compensación. Ustedes, los dueños del proyecto, por lo tanto, perderían:
  1. los 30 millones de financiamiento más las penas, multas y castigos (digamos 6 millones adicionales),
  2. los costos iniciales de 2 millones de pesos más los 30 millones de pesos de los bonos que ya habían invertido en equipos, materiales, estudios, salarios, etcétera, y
  3. el costo de volver a rehabilitar ese terreno (digamos 2 millones adicionales).
En total, ustedes los dueños del proyecto, por la ocurrencia de cambiar de parecer, estarían perdiendo 36 + 32 + 2 = 70 millones de pesos… El 70% del valor del edificio. Aparte, tendrían que pagar 100 millones de pesos adicionales por el desarrollo del 2do edificio; o sea, el caprichito de substituir el proyecto por otro les costaría 170 millones de pesos, 70 millones mas de lo que originalmente iban a pagar.

Algo parecido está sucediendo con la inexplicable ocurrencia de Andrés Manuel López Obrador de suspender el proyecto actual del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, NAIM.

A fin de evitar semejante pérdida, el gobierno de AMLO ha decidido continuar con el proyecto del NAIM hasta que puedan resolver la amenaza del problema financiero. Las empresas financieras tenedores de las cuatro emisiones de bonos por un total de 6,000 millones de dólares amenazan con acciones legales contra el GACM (Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México). Las empresas calificadoras han reducido la calificación de los bonos casi al grado de papel basura, por lo que las indemnizaciones penas y castigos serían muy elevadas, aparte de que contaminaría otras deudas publicas, como las de Pemex y CFE.

De tal manera, el día 3 de diciembre de 2018 se ofreció la recompra de los bonos por un monto de 1,800 millones de dólares a un precio de adquisición de $0.90 a $1.00 dólar. Esta oferta se mantendrá durante 20 días hábiles hasta el 2 de enero de 2019.

El propósito de esta acción es la de restablecer la confianza de los inversionistas en el papel mexicano y tratar de llegar a un acuerdo con los tenedores para evitar las acciones legales. De tal manera, hay una doble finalidad en esta oferta de recompra, por un lado, restablecer la confianza en México pagando un precio más cercano al precio de adquisición, y, por el otro, convencer a los tenedores para modificar algunas de las cláusulas de los contratos sobre todo en lo referente a las penas y castigos por la suspensión del proyecto.

Muchos partidarios de AMLO han festejado esta maniobra financiera afirmando que aumentará la confianza de los inversionistas, lo cual es equivalente a provocar un incendio de manera intencional y después congratularse por haber llamado a los bomberos.

El gobierno entrante ha informado que se mantendrán los trabajos en el proyecto hasta que no se actualice el programa institucional del nuevo aeropuerto internacional, incluyendo hacer frente a los compromisos con los inversionistas, contratistas y acreedores. Suponiendo que esta maniobra financiera tuviera éxito, el cierre del NAIM se podría anunciar en la segunda quincena de diciembre del 2018.

Pero cabe hacernos la pregunta de ¿cuánto nos va a costar a los mexicanos la suspensión arbitraria del NAIM?

  1. Todo lo que se ha invertido hasta el momento en el proyecto, alrededor de 60,000 millones de pesos.
  2. Los 36,000 millones de pesos que de inmediato se irían a pagar una deuda originalmente contratada de 10 a 30 años.
  3. Seguir pagando los bonos que permanecen manos de los inversionistas extranjeros, o sea 84,000 millones de pesos por una obra que ya no se está realizando.
  4. Alrededor de 38,000 millones de pesos para los contratos ya firmados del NAIM.
  5. Un costo aproximado de 40,000 millones de pesos para eliminar lo hecho hasta ahora y rehabilitar el área del proyecto en Texcoco.
  6. Los 80,000 millones de pesos de desarrollar el aeropuerto de Santa Lucía.
  7. Los 5,000 millones de las adaptaciones en los aeropuertos de Toluca y el AICM (Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México).
  8. Los 2,500 millones de pesos para conectar el AICM con el de Santa Lucía.

O sea, el costo de suspensión del NAIM (suma del 1 al 5) ascendería a 258,000 millones de pesos, alrededor del 99% del costo total del proyecto de Texcoco de 260,000 millones de dólares pesos. Aparte, hay que sumar los 80,000 millones de pesos que costaría el aeropuerto es Santa Lucía, más los 5,000 millones de las adaptaciones de los aeropuertos de Toluca y el de AICM, y 2,500 millones de pesos para las vías para conectar el aeropuerto de Toluca con el de Santa Lucía.

El capricho autoritario de suspender el aeropuerto en Texcoco nos saldrá costando a los mexicanos arriba de 345,500 millones de pesos, 85,500 millones de pesos más que el costo del proyecto actual, para tener un sistema aeroportuario de menor capacidad de flujos de pasajeros y carga. Y, claro, hay que recordar que todavía falta por hacer el proyecto ejecutivo para el aeropuerto de Santa Lucía que hasta el momento no se tiene.

Las preguntas clave son:
  1. ¿podría volverse a reactivar el proyecto del aeropuerto en Texcoco y abandonar el de Santa Lucía.
  2. ¿Podrán estas medidas de parches financieros devolver la confianza de los inversionistas a los proyectos de infraestructura del gobierno mexicano?
En la opinión de quien esto escribe, la decisión de abandonar el proyecto del aeropuerto en Texcoco ya fue tomada, a pesar de que los costos financieros, económicos y de pérdida de empleos sigan ascendiendo. AMLO, fiel a su obstinada condición de ser, suspenderá el proyecto del NAIM y desarrollará la opción de Santa Lucía independientemente de lo que le digan los expertos, mercados e inversionistas.

En cuanto a restablecer la confianza de los inversionistas con estas maniobras financieras, difícilmente lo logrará en los próximos años: los mercados olvidan, pero no perdonan. Por ello, a pesar de la oferta de recompra por 1,800 millones de dólares, 1) la calificadora Moody’s mantuvo su baja calificación de Baa3 de dichos bonos, el último peldaño antes de llegar al bono basura, y 2) varios inversionistas han declarado que rechazarán la oferta de recompra.

Ponte a pensar querido lector, si tú fueras inversionista, ¿invertirías en un país cuyo gobierno abandona el proyecto de infraestructura más importante de las últimas décadas, que había sido estudiado por más de 30 años y recomendado por los más capacitados expertos internacionales, en favor de un aeropuerto alterno confirmado por los expertos como la peor opción? Esto, esto querido lector, no da confianza.

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