lunes, septiembre 14, 2015

México y el mundo: de todo un poco

Estamos en septiembre, el mes patrio, tiempo oportuno para comentar de manera sucinta los instantes álgidos del momento nacional e internacional:

Tercer informe:

Enrique Peña Nieto llegó a su tercer informe en el peor momento, en el nivel más bajo de aceptación: de cada tres mexicanos dos lo reprueban y uno lo apoya. No hay necesidad de esperarnos al fin del año para evaluar su tercer año de gobierno. El primer año de su administración fue relativamente bueno; el segundo francamente regular, y éste claramente negativo. En cuanto al rumbo de la siguiente mitad de su administración, la primera indicación nos la da el relevo de colaboradores. En efecto, los salientes miembros del gabinete y los nuevos nombramientos anuncian que en los próximos años van a importar más los intereses del partido y la sucesión, que los intereses de la nación y el bienestar de los mexicanos.

Periodismo ético:

Carlos Loret de Mola, el popular conductor de Primero Noticias de la cadena Televisa, sacó a la luz pública un vídeo personal en donde habla de su hartazgo con la corrupción en México. Menciona sin tapujos ni cortapisas la galopante corrupción que crecientemente azota al país: los abusos de los gobernadores de Guerrero y Chihuahua; la línea 12 del Metro que costó tres veces el presupuesto original y no sirve; las emblemáticas casas del presidente y su principal colaborador, y el fraude de Melate, entre otros. Los buenos periodistas son los que siguen la historia, no los que se enriquecen al margen. Desde esta columna, hago votos para que no le pase lo mismo que le sucedió a la popular Carmen Aristegui. Criticar la corrupción y la impunidad, señalando a los causantes, no es un sesgo de parcialidad, sino el ejercicio de un periodismo moral y ético.

Tsunami migratorio:

La pobreza y desesperanza en África y el Medio Oriente siguen produciendo oleadas crecientes de migrantes en busca de mejores oportunidades de vida. No se puede tapar el sol con un dedo. Los problemas de guerra civil, persecuciones religiosas, inestabilidad y pobreza que afectan a África y al Medio Oriente van a continuar, impulsando a los más pobres y más desesperanzados a buscar sobrevivir en Europa. Este flujo migratorio se va a amplificar independientemente de muros y cercos. Este fenómeno está exacerbando la xenofobia y el racismo de los europeos, permitiéndole ganar terreno a los partidos nacionalistas y de extrema derecha. Hungría, Italia y Grecia difícilmente podrán superar los desafíos planteados por esta masiva migración. La solución no está en el aislamiento, las deportaciones masivas y la construcción de muros, sino en el fomento al desarrollo integral político, económico y social de los países-problema. Es preferible la intervención política-militar y económica de las naciones europeas en esos países-problema de donde huyen los migrantes, que enfrentarse a sus propias poblaciones en suelo europeo.

Lección griega:

El paquete de medidas económicas para restablecer la salud económica, aunque tardó en llegar, finalmente llegó. La realidad por fin se encargó de desterrar al populismo nacionalista de los políticos oportunistas que querían salir de la crisis culpando de todos sus males a los malos extranjeros. El pueblo griego finalmente tuvo que reconocer que el dispendio y los errores, excesos e irresponsabilidades de sus gobernantes fueron los que los llevaron a la crisis. No hay de otra, ahora hay que pagar la cuenta del pasado con ajustes y sacrificios.

Oportunismo electoral:

El fenómeno que representa la popularidad creciente del monstruo Donald Trump en Estados Unidos se alimenta en parte de nuestros errores e irresponsabilidades. Los mexicanos le estamos dando las municiones para que continúe ganando adeptos a su candidatura presidencial. La corrupción, impunidad, criminalidad, y narco-telecomedias alimentan la ignorancia y los más bajos sentimientos del pueblo estadounidense, hechos que hábilmente explota el nazi americano Donald Trump.

Venezuela y Colombia:

Primero fue la crisis con Guyana, luego le siguió el problema con España, y ahora se suscita el choque con Colombia. El incidente surgió por el enfrentamiento de contrabandistas colombianos contra militares venezolanos. Esa fue la excusa para cerrar la frontera más activa del continente después de la de México con Estados Unidos. Hubo deportación abrupta de más de mil colombianos, incluyendo niños nacidos en Venezuela. Cada vez que el Presidente Maduro enfrenta desaprobación interna, inventa enemigos extranjeros para fomentar el nacionalismo y tratar de recuperar popularidad. Las encuestas le están dando ya 30 puntos de ventaja a la oposición en la intención de voto. Esta acción es claramente una maniobra para recuperar popularidad, y conseguir el apoyo de las Fuerzas Armadas. Lo que se respira en el ambiente venezolano es la desesperación de los ineptos. En esta ocasión, le está costando mucho trabajo a Maduro crear fantasmas enemigos en el extranjero para compensar el verdadero e irreparable desastre económico en lo interno.

Decía el escritor francés, Anatole France, “El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen.” Desde esta columna, hago votos para que nuestros líderes nacionales e internacionales mejoren un poquito porque, de seguir la baja calidad de sus razonamientos, acciones y decisiones, el futuro no pinta nada bien.