martes, abril 29, 2014

Sigamos a los chinos

El éxito, ya sea en el deporte, los negocios, las artes o la política, hace héroes y líderes instantáneos a sus protagonistas. Así es el caso del primer ministro de China, Wen Jiabao, quien formuló sugerencias y recomendaciones a los países emergentes, recomendaciones que a varios de nosotros nos llegaron en cadena por Internet.

El Ministro señaló que el punto principal de un país emergente era hacer cambios inmediatos en la administración pública, eliminando los “factores hipócritas” que inciden en leyes que enfatizan el lado teórico, sin considerar las consecuencias prácticas y reales. Sus diez recomendaciones son:
  1. Pena de muerte para crímenes comprobados: Un criminal no debe ser tratado como celebridad. Los reincidentes han tenido la oportunidad de cambiar, por lo tanto, no merecen vivir.
  2. Severo castigo para políticos corruptos: Como alguien dijo cínicamente, en nuestros países no hay razones para no robar. China castiga la corrupción con la pena de muerte.
  3. Quintuplicar la inversión en educación: Un país que quiere crecer debe producir los mejores profesionales del mundo. Esto sólo es posible si el estado invierte por lo menos cinco veces más de lo que se hace ahora en educación.
  4. Reducción drástica de la carga tributaria y reforma fiscal inmediata: El Estado tiene que ser un aliado y no un enemigo de los negocios.
  5. Reducción del 80% del salario y gastos de los políticos profesionales: El político debe entender que es un funcionario público y no un “rey.” Un diputado en China cuesta menos de 10% de lo que un diputado en Brasil.
  6. Desburocratización inmediata: Los países en vías de desarrollo son muy complicados con barreras, trabas y requisitos innecesarios y repetitivos que dificultan y encarecen el comercio.
  7. Recuperación de la inversión pública eficiente: Los países emergentes han sufrido una parálisis preocupante desde hace 50 años en las inversiones en infraestructura, educación, y prácticamente en todas las áreas relacionadas con el estado, lo que ha dificultado su crecimiento.
  8. Invertir en el cambio de cultura: La mayoría del pueblo en los países emergentes ya no cree en el gobierno, ni en su política, no respeta las instituciones, no cree en sus leyes, ni en su propia cultura, se ha acostumbrado al desorden gubernamental y acepta como normal las noticias sobre corrupción, violencia, deterioro de los servicios públicos, etc.
  9. Invertir en ciencia y tecnología de inmediato: El país más grande y poderoso de américa latina, Brasil, proporcionalmente, invierte menos del 8% que china en ciencia y tecnología. Ahora, Brasil carece de la calidad requerida en ingeniería, medicina y alta tecnología, no cuenta con profesionales de calidad para competir con los países desarrollados que le llevan décadas por delante.
  10. Reducción de la edad laboral y penal a los 16 años: Nuestros países son de los pocos que todavía tratan a los adolescentes de 15 a 18 años como niños, que no son responsables de sus actos, y que se les prohíbe ofrecer su mano de obra. Esto es una contradicción hipócrita de la ley. Sirve para crear delincuentes, que, al cumplir los 18 años, están formados para el delito, ya que no pudieron trabajar y buscaron su formación en el crimen.
¿Qué piensas querido lector? Las diez recomendaciones son buenas, sensatas y de sentido común. Pero, ¿cómo aplicarlas en México? ¿Podríamos aceptar incondicionalmente la voluntad de un ministro dictador o de un partido todopoderoso y omnipresente que sabe mejor que nosotros lo que queremos?

El pueblo chino no tuvo voz ni voto en la formación de su sociedad y economía actual. Yo francamente tendría miedo de aquellos que irían a decidir a quienes enviar al paredón.

Manos Limpias, políticos tristes

Una de mis responsabilidades en la década de los 90, cuando trabajaba para un organismo internacional, era conseguir ayuda económica para financiar proyectos de investigación en los países emergentes. Tuve la suerte de ir varias veces a Italia, pero en 1993 me llevé una tremenda sorpresa. Parecía que me había acostado a dormir en la Italia de 1991 y me había despertado en 1993 en otro país. La única explicación de esta sorpresa fue la operación anticorrupción lanzada en febrero de 1992 por unos valientes jueces de Milán, llamada Manos Limpias, la cual pasó como una tromba alterando la geografía política del país, dejando en ruinas a los partidos de coalición que habían gobernado durante las previas dos décadas.

El huracán Manos Limpias llevó a dimitir a líderes y gobernantes hasta entonces intocables. El todopoderoso Giulio Andreotti, siete veces primer ministro democristiano, se retiró de la vida pública para dedicarse al periodismo y tuvo que aclarar sus nexos con la Cosa Nostra. Asimismo, fueron señalados el democristiano Ciriaco De Mita, ex secretario general y ex primer ministro; su sucesor en el liderazgo, Arnaldo Forlani; y varios ex ministros de justicia, de sanidad, del interior, del presupuesto, etc. Decenas de empresarios fueron encarcelados y la cuarta parte de los 956 diputados y senadores fueron implicados en algún acto de corrupción.

Mi sobrina Ivonne me mencionaba que “…los ciudadanos de hoy en día no respetan los reglamentos, contaminan, agreden y corrompen cuándo les conviene. La sociedad debe hacer un acto de conciencia y decidir cambiar, de lo contrario, todo continuará igual.”

Yo le contesté que estaba de acuerdo, que el combate a la corrupción dependía de todos nosotros, pero que por algún lado se tenía que empezar.

En Italia empezaron con el programa anticorrupción “Manos Limpias” basado en ese valiente grupo de investigadores y jueces. Su éxito llevó a una disminución drástica en el nivel de corrupción en uno de los países más corruptos de la época. Manos Limpias terminó con el dicho generalmente aceptado de los italianos de "todos roban”.

La pregunta obligada, querido lector, es ¿podríamos hacer algo parecido aquí en México?

La economía de mercado perpetúa inequidad

¿Cuál es el sistema económico óptimo para reducir las iniquidades y los niveles de pobreza? ¿Será una economía de mercado con mínima intervención estatal o en una economía planeada con dirección central o una economía mixta con sectores operando de acuerdo a las reglas del mercado y otros sectores bajo control del Estado o una economía participativa en donde los principales actores en cada sector toman las decisiones de qué producir, cómo producir, a qué precios y cómo distribuir?

Un sistema económico es sustentable cuando la mayoría se beneficia la mayor parte del tiempo. Esto no ha sido el caso de los sistemas económicos que han venido operando en México. Las diferencias en términos económicos, sociales y culturales entre los mexicanos no se han reducido, sino por el contrario han aumentado. La historia nos dice una y otra vez de que los sistemas alternativos del fascismo, nazismo, leninismo, estalinismo, maoísmo y otros probablemente acentuaron más las diferencias no solamente dentro del propio país, sino con los países vecinos.

Probablemente el sistema menos malo siga siendo uno basado en las decisiones “democráticas del mercado”. En condiciones óptimas la competencia en los mercados lleva a la mejor asignación de los recursos y al mejor pago a los trabajadores. El problema es que casi no hay mercados de competencia perfecta. El crecimiento desmedido de los sistemas financieros ha aumentado el riesgo de fracaso de los mercados reales de bienes y servicios en casi todos los sectores. Las últimas crisis económicas tienen su origen en los sectores improductivos, los sectores parásitos y especulativos asociados a las instituciones financieras.

Seguramente mis dos o tres lectores han visto la película “El Lobo de Wall Street” y la pregunta obligada después de verla es ¿cómo personas tan deshonestas y mal preparadas pudieron amasar semejantes fortunas? La respuesta obvia es que los sinvergüenzas siempre encuentran la manera y oportunidad para capturar los beneficios de cualquier sistema. Sin embargo, a pesar de todos estos ladrones y especuladores al acecho, el mejor sistema sigue siendo el de mercado. No obstante, este se tiene que vigilar y monitorear constantemente para evitar los abusos.

Es preferible una economía de mercado con buenos sistemas regulatorios, que un sistema de comando con malos funcionarios públicos.

La corrupción no solamente mata, también ataranta

Frecuentemente escuchamos que nuestro sistema político o económico o institucional no funciona, que es ineficiente, que fue diseñado para condiciones diferentes. Pero en realidad nuestro problema nunca ha sido de sistemas sino de gente. El peor sistema con directores honestos y operadores preparados genera buenos resultados y el mejor sistema con mala gente genera malos resultados.

Nuestro sistema judicial opera para servir a los gobernantes, no a los gobernados. No existen los incentivos para que el sistema de justicia y de procuración de justicia prevenga, persiga y castigue a todos los criminales por igual. Si eres un político tienes mejores probabilidades de impunidad que un empresario. Si eres un empresario, probablemente tengas más suerte para salir en libertad que si eres un trabajador. Si eres un trabajador posiblemente te vaya mejor que si eres un campesino. Y si eres un campesino que habla español seguramente te ira mejor que si eres un campesino indígena. Nuestro sistema de justicia no es justo ni equitativo.

El sistema político funciona para servir a los partidos y gobernantes, no a los votantes. No existen los incentivos para que nuestro sistema político elija gobernantes que gobiernen para toda la gente o representantes legislativos que representen el interés de sus electores.

Un ejemplo práctico es lo que venimos escuchando en los medios acerca de cómo se están investigando los últimos casos de corrupción. Ya han pasado varios días, semanas y meses de que escuchamos del fraude de Oceanografía, el problema de la Línea 12 del metro, del desvío de los 489 millones de pesos, de los maestros aviadores y otros actos de corrupción. Los encargados de las investigaciones informan que están haciendo una investigación meticulosa, al detalle porque quieren ir lentos para estar seguros. ¿Dónde están los culpables?

Lo triste es que los medios y nosotros nos callamos ante la palabrería oficial. Todos sabemos que las investigaciones tienen que ser rápidas para poder capturar y castigar a los culpables. Todos sabemos que mientras más se demora una investigación más tiempo tienen los criminales de destruir las pruebas, amedrentar a los testigos y de construir un muro de protección.

La corrupción mata al reducir los recursos para la seguridad, la salud, las campañas de vacunación, los proyectos de agua potable y otros que mejoran el bienestar de la gente y aumentan su esperanza de vida. La corrupción también ataranta por toda la verborrea populista, superficial y oficialista que pretende justificar el no encontrar a los culpables, perpetuando el fatalismo y desconfianza de las masas.

lunes, abril 28, 2014

Que el verdadero México se ponga de pie

En los años 80 escribí una reseña del libro de Alan Riding, Vecinos Distantes: Un Retrato de los Mexicanos. El libro me sorprendió, como sorprendió a muchos mexicanos de la época. El haber crecido y ser educado en México, nos acostumbraba a las diferencias entre nosotros que a cada minuto de cada día vivíamos. Se requirieron varios extranjeros como Lawrence, Reed, Simpson, Vernon y Riding, entre otros, para señalarnos tales diferencias, “México no es uno sino muchos Méxicos.”

Tres décadas después, en lugar de haberse reducido el número de Méxicos o las brechas entre el México moderno y el tradicional, estas han aumentado.

México continúa coexistiendo con varios Méxicos, desde el civilizado hasta el bárbaro de Turner, desde el productivo hasta el improductivo, desde el formal hasta el informal, desde el legítimo al que vive al margen de la ley, desde el criollo occidental hasta el indio prehispánico, desde el globalizado hasta el autárquico. Los mexicanos vivimos en un mismo territorio en diferentes países.

El problema es que los vasos comunicantes entre los varios Méxicos funcionan cada vez menos y las diferencias entre los muchos Méxicos se hacen cada vez más profundas.

La alternancia, en lugar de haber reducido las diferencias las aumentó al balcanizar el poder presidencial en beneficio de los partidos y los gobernadores, contribuyendo a la inequidad de los muchos Méxicos.

Benjamín Franklin decía, "Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.” Eso es lo que hace la educación, nos da un pasado y raíces comunes y nos abre el horizonte hacia un mismo proyecto de nación.

Haciendo a un lado el chovinismo y la patriotería castrante, México ha carecido de un verdadero proyecto de nación. En efecto, la historia lo comprueba. La realización de un buen proyecto de nación conlleva a un país más homogéneo con menores desigualdades. Esto no ha sucedido en México. Los diferentes Méxicos que vieron los observadores extranjeros durante el siglo XX ahora son más y más variados… y claro, todos los Méxicos son reales y verdaderos.

Un buen proyecto de nación descansa sobre un proyecto de educación universal de calidad. Sin embargo, nuestra práctica educativa desde hace un siglo atrás, el de casi todas las administraciones post revolucionarias ha sido sin excepción la de usar los recursos de la educación para fines políticos, compra de alianzas y otorgar premios a parientes y amistades.

Las cifras en papel sobre el gasto e inversión en educación sugieren cuantiosos recursos que no corresponden, bajo ningún concepto estadístico, a los pobres resultados obtenidos. Las sumas de dinero destinadas a la educación han sido y siguen siendo regularmente desviadas de su objetivo último de lograr mexicanos mejor educados. Probablemente arriba de 66% de los gastos e inversiones en el sector educativo han ido a parar a los bolsillos de líderes, funcionarios y empresarios corruptos.

No haber invertido en la formación de capital humano de buena calidad es la causa última del fracaso de nuestro proyecto de nación. Las diferencias culturales y educativas explican la existencia de economías paralelas, en donde en un extremo se encuentra una economía productiva integrada a la economía global, y en el otro una economía improductiva parte de la economía informal, autárquica, de pobreza extrema e indígena.

Somos un país polarizado sobre una base de corrupción, impunidad e inmoralidad constante. Las principales manifestaciones de una población mal educada han sido el fatalismo, fanatismo religioso y político, el cinismo, la pobreza, la violencia y la desesperación.

La falta de educación impide cerrar las brechas entre los mexicanos. Sin lugar a duda, el peso relativo de las economías informales, autárquica, de subsistencia, negra y otras en la economía total del país es lo que define nuestro grado de subdesarrollo y la baja capacidad para crecer.

El grupo consultor estadounidense McKinsey acaba de publicar su estudio “A tale of two Mexicos: Growth and prosperity in a two-speed economy.” El estudio menciona que la productividad en México ha decrecido en 1.6% al año en promedio desde finales del siglo pasado hasta la fecha. Este resultado es producto del crecimiento del México moderno, aquel integrado a la economía global, que tuvo un crecimiento promedio anual de 5.8%, mientras que el México informal, el autárquico tuvo en promedio una caída de 6.5% al año durante el mismo periodo. Esto explica porque la tasa de crecimiento ha sido tan baja, 2.3% en promedio anual desde 1981 a pesar de tres décadas de acuerdos comerciales y apertura de mercados. Esto explica porque difícilmente vamos a lograr tasas de crecimiento superiores al 3%.

La tragedia para un país que no crece no solamente consiste en un menor número de empleos mejor pagados, sino en un menor índice de bienestar relativo al resto del mundo. Lo que le molesta a la gente no es el número de ricos, sino sentirse pobres.

La única manera comprobada históricamente para reducir las desigualdades y brindar equidad en las oportunidades es una educación de calidad. La educación es la principal puerta para salir de la pobreza.

¿Cómo lograr una educación de calidad para nuestra juventud?

La preocupación de los contreras a todo y contra todo es que la educación tiene que ser solamente pública. Eso es una total y cabal falacia.

Lo que importa no son los maestros, ni los líderes sindicales, ni los burócratas responsables de ejercer el presupuesto de educación, lo importante es precisamente los estudiantes, la juventud del país. Lo que importa son las familias mexicanas que quieren que sus impuestos vayan a preparar mejor a sus hijos.

Esto no se va a poder lograr con maestros que no quieren que se les evalúen, con maestros que quieren heredar sus plazas.

La responsabilidad de la educación de los hijos en los muchos Méxicos debe recaer en los padres. El presupuesto educativo debería de otorgarse a los padres de familia mediante vales educativos. Las escuelas deberían de ser evaluadas anualmente, para que los padres de familia pudieran decidir a qué escuela mandar a sus hijos.

Preferible la democracia familiar al autoritarismo burocrático o al chantaje sindical.

La solución a las inequidades de los muchos Méxicos, es simple y sencilla, pero como sabemos, lo simple y sencillo no funciona en la política mexicana. Cualquier propuesta por buena que sea para los mexicanos, si reduce el poder de los partidos, funcionarios o la discrecionalidad en la asignación del gasto, no será aprobada.

Si Benjamín Franklin estuviera vivo nos diría que nuestro sistema educativo nos ha dado una memoria muy corta.

domingo, abril 13, 2014

Ucrania: Futuro Incierto

Las manifestaciones, acciones pro rusas y enfrentamientos en Ucrania van en aumento. Los rusos no van a parar hasta que no tengan bajo su control varias de las provincias orientales con gran porcentaje de población rusa. El horizonte se ve escabroso. Ucrania tiene el segundo ejército más grande de Europa después de Rusia. Nadie quiere ver una guerra abierta, pero los ucranianos empiezan a enfrentarse a los grupos pro Rusia. Si no hay acciones diplomáticas decisivas, podríamos estar viendo una aceleración del conflicto hasta llegar al punto de no retorno.


sábado, abril 12, 2014

Democracia o Ineptocracia

Como es de esperar, la corrupción y los abusos de poder disminuyen a la democracia, no sólo como concepto, sino como práctica de gobierno en donde la gente espera hacer sentir sus preferencias acerca del país que quieren. Nunca está de más hablar de democracia, aunque a veces los lectores se aburran de tanto escuchar el tema. Como decía Max Planck, "La verdad no triunfa jamás, pero sus adversarios terminan por morir."

El concepto moderno de democracia representativa está asociado a los anglosajones. Probablemente en Gran Bretaña el concepto esté algo diluido por ser una monarquía, sin embargo en Estados Unidos ha sido un concepto más arraigado a su sistema de gobierno desde su creación como país republicano. Uno de los beneficios de la Pax Americana ha sido la promoción de dicho sistema al resto del mundo. En 1941 habían tan sólo 11 países democráticos, figura que subió a 120 en el 2000 (63% del total mundial). Sin embargo, el panorama para la democracia ha empeorado en lo que va de este siglo.

Los que menos desean la democracia son aquellos que llegan al poder. La defienden cuando son aspirantes al poder, pero la limitan una vez que llegan a detentarlo. Para que la democracia sea sustentable se tiene que delegar hacia abajo (a la gente) y hacia arriba (a expertos, tecnócratas y autoridades públicas e internacionales) en algunas áreas sustantivas y de manera transparente.

La democracia tiene que ir más allá de elecciones limpias. La democracia implica controles y contrapesos para evitar que los ganadores hagan lo que quieran e impongan su voluntad de manera autocrática. Los actos de corrupción y de abusos de poder se tienen que investigar y castigar por entes imparciales e independientes de la estructura de poder. Ni Pemex, ni el gobierno del Distrito Federal, ni la Secretaría de educación, se deberían de auto investigar. No pueden ser juez y parte.

Si no se resuelven de manera rápida, imparcial y transparente los últimos casos de corrupción, México corre el riesgo de pasar de una democracia a una ineptocracia, o sea un sistema de gobierno mediante el cual los líderes menos capaces son electos por aquellos menos capaces para decidir, donde los menos productivos son premiados con los bienes y servicios de un grupo cada vez más reducido de los más productivos.

Venezuela y Diálogo

Finalmente empezó el diálogo del gobierno de Nicolás Maduro con la oposición, después de dos meses de manifestaciones, casi 40 muertos, más de 600 heridos y cerca de 2,300 detenidos. Sin embargo dos hechos han enturbiado el panorama.

Primero, una manifestación pacífica de estudiantes fue agredida por un grupo paramilitar dentro de la propia Universidad Central de Venezuela. No solamente los agredieron y golpearon salvajemente sino que los desnudaron. Lo que hace recordar, como dice mi amigo Sadio Garabini, a las SA nazi, que acostumbraban desnudar a los judíos para deshumanizarlos y rebajarlos. El ser humano es el único animal que se viste no sólo para enfrentar los cambios en la temperatura, sino por el concepto del pudor, característica típica del ser humano civilizado. El ataque y vejación a los estudiantes no lo debería de hacer ningún gobierno que se considere representativo y democrático, pues atenta contra lo más valioso de un país, su juventud.

El otro hecho es que la oposición no está cabalmente representada. El diálogo para ser efectivo tiene que incluir al líder más popular de la oposición, el encarcelado Leopoldo López, y a los representantes de su partido Voluntad Popular. Sólo en igualdad de circunstancias podrá funcionar el diálogo.

Asimismo, para que el diálogo tenga posibilidades de éxito se requiere cumplir con algunos requisitos previos. El más importante es que cesen las hostilidades contra la oposición. Sin embargo, la Fiscal General acaba de calificar al partido Voluntad Popular como una estructura criminal. Otro requisito imprescindible es que se liberen a todos los dirigentes de la oposición, que cesen los procesos judiciales contra los alcaldes de la oposición, que se restituya a la diputada María Colina Machado. Sin embargo, esto no se ha hecho y probablemente no se hará.

La pregunta obligada es ¿quiere en realidad el gobierno de Nicolás maduro que funcione el diálogo, o solamente se trata de una farsa mediática? Parece ser que los hechos apuntan a lo segundo.

jueves, abril 10, 2014

Barras o Porras

Con la violencia desatada en los estadios durante los partidos de primera división del fútbol nacional por los integrantes de los “grupos de apoyo” de los equipos, los medios informativos están adoptando el término de “Barras” para llamar a tales grupos. El concepto de Porra y sus derivaciones porros, porristas, etc. tiene significado y connotación histórica para los mexicanos. Cualquiera de la tercera juventud se acuerda de frases como: “Ya llegaron los porros a madrear a los estudiantes...”; “...estaban lindas las porristas”; “!Me gusta la porra universitaria!” “!La del Poli es mejor!” Palillo fue un gran líder de la porra universitaria, consentido de presidentes y rectores, y parte del record histórico mexicano.

En el pasado, las porras en México eran instrumentos de las instituciones y los políticos. Ahora, en buena medida su responsabilidad es de los equipos, directivos, televisoras y anunciantes.

El sello de identidad de un país, de una etnia o de una nación es su lenguaje. El concepto de barras es foráneo a nuestra cultura, es parte de los nuevos términos que estamos importando con la globalización de nuestro lenguaje. Del americano al soccer se da ahora una argentinización que baja el nivel (en el lenguaje y en los hechos).

Sueño Guajiro de una Ucrania Occidental

Ante las manifestaciones pro rusas en varias regiones de Ucrania, uno se pone a especular sobre la miopía occidental. ¿Qué esperaban los estrategas europeos y estadounidenses al promover un acercamiento económico-militar con Ucrania? ¿Acaso pensaban que Rusia se iba a quedar sentada sin levantar un dedo? Los rusos siempre han sido jugadores de ajedrez, mientras que los occidentales somos más bien jugadores de damas chinas. Mientras ellos tienen un horizonte de más de una generación, en el occidente pensamos en un horizonte de uno a cinco años.

“Historia magistra vitae”, decían los antiguos y Santayana agregaba que “quien desconoce la historia está condenado a repetirla”. Es cierto, la historia nunca se repite de igual manera, pero las experiencias de otros países sirven para evitar los mismos errores. Ucrania para Rusia siempre ha tenido un significado muy especial. La primera capital rusa fue Kiev. Para los rusos esta ciudad tiene un significado parecido a Tenochtitlán para los mexicanos. Todo lo que ha venido haciendo Rusia es parte de un juego de ajedrez, cuyo resultado final buscado es la anexión de Ucrania. Estados Unidos y occidente hubieran estado mejor servidos al no mover la primera pieza del tablero. El problema no lo causaron los rusos, sino la ambición occidental. Espero que prevalezca la cordura y a la comunidad internacional le recuerdo de nuevo “Historia magistra vitae”.

martes, abril 08, 2014

Diezmo, Corrupción, Pemex y Oceanografía

Durante las últimas semanas han salido varias noticias impactantes sobre corrupción y abusos de autoridad en México. En éste artículo hablo sobre Oceanografía y la corrupción en Pemex. En artículos posteriores trataré otros casos de corrupción insultante que aparecieron en los medios, a saber: Línea 12 del Metro y los “maestros aviadores”. Menciono sólo estos casos, pero ustedes amables lectores, seguramente han vivido en carne propia cientos, si no miles de casos de corrupción e impunidad.

Eran los años 90, acababa de caer la cortina de hierro cuando me tocó ir como representante de un organismo internacional a la República de Georgia, antes parte de la Unión Soviética. Ahí conocí a un simpático sinvergüenza que la gente apodaba “El Diez-Centavos”. Al preguntar por qué lo llamaban así, me respondieron mis contrapartes que era porque se llevaba diez centavos de dólar por cada barril de petróleo importado. Me acuerdo que me preguntaba, ¿cómo puede un país avanzar con semejantes niveles de corrupción e impunidad?, y decía para mis adentros que en México había corrupción, pero no hasta tales magnitudes, concluyendo que esa era una de las principales razones por las cuales los ex países de la Unión Soviética iban a tardar tanto tiempo en avanzar.

Racionalmente uno hubiera esperado que con el cambio del PRI al PAN la honradez y transparencia iban a aumentar por el temor a que la oposición, cuando llegara al poder, denunciaría los actos de corrupción y abuso de poder del gobierno anterior. Pero curiosamente esto no ha sido el caso, pasamos de ser un país dominado por un partido a un partidocracia donde los partidos políticos hacen, deshacen y se reparten el país a su antojo. Los unos protegen a los otros en un acuerdo secreto firmado por el temor a que les descubran sus fechorías anteriores y actuales. Todos parece que tienen cola que les pisen.

Han pasado dos décadas de mi visita a Georgia y ahora veo que México no solamente ha alcanzado dichos niveles de corrupción, sino que probablemente los ha rebasado considerando lo que estamos viviendo y lo que hemos vivido. Recuerden el caso de Raúl Salinas llamado el señor diez por ciento por la comisión que cobraba a sus clientes para conseguirles millonarios contratos públicos. Ahora, consideren los casos más recientes de corrupción que pasaron durante lo que se ha venido a llamar la Docena Trágica, los sexenios del Vicente Fox y Felipe Calderón. La historia de Oceanografía con Pemex se remonta al 2003 y está asociada a los hijos de Marta Sahagún. Ahora ya no se habla del 10 por ciento, sino del 30 hasta el 35 por ciento... dejando muy atrás el antiguo diezmo religioso.

Las comisiones especiales del legislativo para investigar los actos de la corrupción han servido tan solo para la guerra verbal entre partidos y muy poco para encontrar y castigar a los culpables. Las autoridades dan la impresión que no quieren encontrar la verdad, que quieren tapar el sol con un dedo y que fingen investigar solo para que al pasar el tiempo, no encuentren nada, la gente se olvide y las cosas sigan igual o peor que antes.

Para muestra un botón: ¿cómo pueden los responsables de investigar la corrupción ser a la vez juez y parte? Pemex no nos va a decir nada arguyendo que es información reservada y confidencial. La Procuraduría General de la República va a decir que es una investigación complicada y demorada. Excusas para no hacer nada y proteger a los culpables.

Un buen mecanismo de investigación requiere cumplir con ciertos requisitos básicos: (1) independencia y autonomía, (2) imparcialidad y transparencia, (3) poder y autoridad, y (4) seguridad y remuneración. En efecto, los miembros de un buen equipo de investigación deben ser nombrados para tal fin y ser independientes de las autoridades políticas y de los principales actores involucrados en el acto de corrupción. Las fuentes de los recursos para su funcionamiento deben estar aseguradas y no depender de los organismos involucrados. La estructura del equipo ser integral, debe poder investigar e impartir justicia, debe funcionar de manera policial y judicial. Sus conclusiones y pruebas deben darse a conocer de manera transparente. Su personal debe estar protegido y pagársele adecuadamente. Su figura institucional debe incorporar expertos, agentes federales y jueces, los cuales, durante el periodo de la investigación, estarían fuera –tendrían autonomía– de la estructura normal de mando para evitar influencias perversas.

Eso sería lo ideal. Esas serían las características de un mecanismo eficiente para encontrar las causas reales y a los verdaderos culpables independientemente de su posición política, puesto, de quienes son amigos o de sus influencias. El mecanismo debería desembocar en averiguaciones previas y sentencias inculpatorias, de manera rápida, oportuna y contundente.

En el caso de Oceanografía, nos enteramos del fraude a finales de febrero y hasta ahora no sabemos quiénes han sido los responsables.

El Director de Pemex, el Procurador General de la República, y el Secretario de Hacienda declaran que se trata de un caso aislado, de un pleito entre particulares. La evidencia indica que el caso de Oceanografía no es aislado.

Parece que vivimos en Méxicos distintos. A la mejor se les olvidó el Pemexgate y otros hechos de fraude y corrupción en la paraestatal. Un amigo que participó en la construcción del complejo petroquímico La Cangrejera y de Tabasco I, me informaba como funcionarios y líderes sindicales alteraban e inventaban estimaciones, pedían materiales, equipos y mano de obra. Ahora acaba de salir en Estados Unidos la noticia de que una filial de Hewlett-Packard pagó más de 1 millón de dólares en comisiones para obtener un negocio de software con Pemex.

El director de Pemex declaró que de conformidad con la legislación vigente la información debe ser manejada con el sigilo y la secrecía que la ley prevé. Pero, si Pemex es de los mexicanos, entonces por derecho éstos deberían ser informados sobre lo que pasó y por qué paso.

El procurador general de la República reconoció retrasos en la fijación de responsabilidades en el caso de Oceanografía y explicó que ello obedece a cuestiones complejas de contabilidad y análisis financiero de recursos. Además agregó que la autoridad está obligada a ir despacio pero con precisión y contundencia a fin de garantizar la detención de los responsables para que no haya impunidad. El procurador concluyó diciendo que “vamos lentos pero seguros.”

Es un hecho conocido por todos que entre más tiempo se demora una investigación menor es la probabilidad de saber lo que pasó y de encontrar y castigar a los verdaderos culpables. Las pruebas vuelan, los testigos cambian de opinión o desaparecen, los responsables huyen, los culpables construyen muros de protección a su alrededor. Qué importa que los números no sean exactos y que sean aproximados, siempre y cuando estén en la dirección correcta. La premisa de una buena investigación es ir rápido y en la dirección correcta. La obligación no es ir lento y con precisión, la obligación es encontrar a los culpables lo más rápido posible. Si se quiere verdaderamente encontrar a los culpables, se requiere voluntad política y actuar con prontitud.

Hay evidencias reales y de sentido común: que los sospechosos expliquen de dónde salieron sus autos Ferrari, yates, departamentos en Nueva York, fortunas, etcétera. ¿Por qué no se investiga y separa inmediatamente de su cargo a los funcionarios responsables de autorizar contratos mediante asignaciones directas?

En Georgia era un secreto a voces que un hombre cobraba el diezmo en el sector energético. Aquí en México es otro secreto a voces que la mayoría de los funcionarios y líderes sindicales participan por igual en el despojo a Pemex. Si Oceanografía no hubiera existido, la hubieran inventado esos malos mexicanos. Pemex no es de todos los mexicanos, sino de aquellos mexicanos que cobran tres veces el diezmo en Pemex.