sábado, agosto 09, 2008

En los zapatos de los padres de Fernando Martí

Imagínate que tú eres el que estás hablando…

Las palabras a continuación son un extracto de las dichas durante una misa en memoria de Fernando Martí, niño de 14 años secuestrado y asesinado.

He sido muy afortunado. Dios me dio la oportunidad de tener un hijo, un hermoso niño que sólo pedía una cosa: cariño. Para eso había venido al mundo: para amar y ser amado.

Lo acogí en mis brazos y crecimos juntos. Nos complementamos, y tenía la necesidad de ofrecer ese cariño que él tanto requería. Tuve la oportunidad de darle algo mejor: una familia que vivía en armonía; una mamá, una hermana y un hermano.

Recuerdo el primer día que me dijo “papá” y sentí cómo el cielo se abría, los pájaros cantaban y el sol iluminó el mundo. De la mano íbamos a su escuela.

Los primeros días se le llenaban los ojos de lágrimas, no quería despegarse de mí, pero pronto encontró su mayor interés por el colegio: sus amigos. Además, se divertía jugando futbol y adoraba la música.

Pasaron los años, me sorprendía ver cómo mi pequeño niño se hacía un hombrecito, que maduraba a pasos agigantados, que crecía para ser casi de mi tamaño.

Cumplió catorce años, lo celebramos juntos, en familia con algunos amigos. La vida nos sonreía.

Pero un día el cielo se nubló, los pájaros enmudecieron y la tragedia invadió nuestros corazones: en el camino por donde pasaba mi hijo se cruzaron unos hombres desalmados, personas que no podrían ser descritas con un adjetivo porque no los hay para poderlos describir.

Me avisaron que mi hijo acababa de ser secuestrado, ¿cómo?…, ¿cómo podía ser aquello?…, Al parecer, los plagiarios eran o se hacían pasar por policías.

La noticia me dejó pasmado. No tenía idea de cómo actuar. Por fin nos confirmaron el plagio y pidieron rescate.

Al día siguiente, el drama fue mayor, localizaron un cadáver en la cajuela de un coche, era el chofer, amigo de nuestra familia que cumplía responsablemente con su deber y que dejó en duelo a los suyos¡




Hasta aquí habla el padre de familia

Imagine por un minuto lo que ese padre y su familia pudieron sentir en aquel momento. Pasaron días en total incertidumbre, sin saber en dónde estaba su hijo, si comía o tenía frío, si era golpeado o amenazado.

Peor aún, no sabían si estaba vivo o no. Pero la esperanza nunca muere y ellos esperaron cincuenta días que convertidos en horas podrían traducirse en meses, minutos que se convertían en años y segundos que eran una eternidad sorda.

Aquel padre pidió asesoría; no sabía cómo actuar ante tal situación... Buscó por todos los medios la manera de que su hijo volviera, se hincó ante las autoridades, pidió auxilio a la policía, visitó las oficinas de los procuradores y a los altos mandatarios, rogó a Dios mañana y noche, deseó cambiar su vida por la de su pequeño.

Por supuesto, aquel padre pagó el rescate. Sabía que las monedas eran tan viles como las de Judas; no tenían valor y menos sentido.

Pasó un día, otro y otro. Nada. No hubo llamadas, ni el timbre sonó, ni nadie llegó.

Por fin, recibieron una llamada. Quien hablara no quería entrevistarse con el jefe de familia, pero el padre espetó: “dígame, aquí estoy”; creía estar preparado para todo. El comunicante informó que habían encontrado el cuerpo de una persona en la cajuela de un coche y había que reconocerlo.

Este crimen es un atentado contra cada familia de México y cada uno de sus habitantes... La lloramos todos los mexicanos que tenemos hijos y los que no los tienen.

CONDENAMOS LA IMPUNIDAD Y LA VIOLENCIA.
¡YA BASTA!

Alfredo Harp Helú y
María Isabel Grañén Porrúa
Agosto 2008




El texto completo se lo mandé a mi amigo de toda la vida, el Arquitecto Jesús Goyeneche, maestro universitario, hombre de hablar franco y enorme corazón. A continuación su respuesta:


¡Carajo Luís!

Esto me tiene furioso (aparte de muy consternado). Quisiera agarrar a uno de estos cabrones y sacarle los ojos, o meterles un tiro en el culo, para que no se murieran luego, luego, que sufrieran los cabrones que secuestraron y mataron a este pobre niño de catorce años. Yo no sé que piensen los demás, pero para mí, que maten a este tipo de gente. ¡Qué Derechos Humanos ni que la chingada! Como es posible que haya personas que piensen que este tipo de personas pueda tener alguna clase de derecho. Esto de los Derechos Humanos es una puta vacilada de creación política, para que los pinches políticos presenten fachadas de personas preocupadas por los demás. La verdad, yo creo, está más clara que el agua.

Chucho




Esto fue lo que le contesté:

Estimado Chucho:

Lo que sucedió con el niño Martí nos tiene a todos consternados. Es otra triste manifestación de la onda creciente de la falta de respeto a la vida y propiedad ajenas. Sus inicios vienen de varios años atrás. Aparece de la mano del aumento en la corrupción e impunidad que empezó con el milenio. Es síntoma de la gradual erosión de las fibras de nuestra sociedad.

En mis 63 años de existencia, nunca había visto semejante corrupción e inseguridad. Un amigo fue a tramitar una licencia para vender vino y licores en su restaurante. Para empezar a hablar, le pidieron una mordida de 100,000 pesos. Las autoridades de la delegación donde tiene su restaurante son del PAN, partido que cuando no estaba en el poder alardeaba de su honradez. ¿Cómo se le puede exigir un comportamiento honesto a la policía cuando las propias autoridades políticas y administrativas son tan corruptas? Las principales bandas criminales tienen en sus filas a ex policías ó a personal de seguridad en funciones. Los policías ven como sus jefes y los jefes de sus jefes se hinchan de dinero al amparo del poder, así es que ellos buscan también la ganancia personal en lo que saben hacer, pero ahora del otro lado. Los mandos bajos han perdido orgullo y respeto por su trabajo, en parte, por ser testigos del constante abuso de poder y enriquecimiento ilícito de los mandos altos.

La corrupción está en todos lados:


1) Los funcionarios de la delegación que asignan contratos por obras inexistentes, que no hacen su trabajo, que piden mordidas, etc. Los vecinos, a pesar de que pagamos prediales altísimos, tenemos que pavimentar nuestras propias banquetas, sufriendo el constante agobio de varias patrullas que paran los trabajos pidiendo una gratificación.
2) Los funcionarios de la Comisión del Agua que dan trabajos a amigos o venden plazas y desperdician recursos. Reportas una fuga de agua, vienen al segundo día ocho trabajadores, dos se duermen en la cabina, cinco platican fumando recargados en el vehículo, mientras uno trabaja. Te piden la tubería, pues no traen. La compras y se las das. Reparan una sección con una cámara de llanta, y se van sin tapar el hoyo que hicieron. Todo a pesar de que pagas unos cuentones por el agua.
3) Los líderes políticos y sindicales que roban impunemente a sus agremiados, chantajeando a las autoridades con sus amenazas laborales y equipos de choque, y chupando -en última instancia- la sangre y la economía de los ciudadanos.
4) Los ex presidentes y sus familias que entraron con limitados y contados recursos al poder y salieron con inmensas fortunas: Llámense los Salinas o los Fox.
5) Los banqueros que suben las comisiones cuando se supone que, como resultado de la desaceleración económica y la competencia entre bancos, estás comisiones deberían de bajar. Las autoridades reguladoras de los bancos que reciben una prebenda a cambio de hacerse de la vista gorda ante semejante robo al despoblado.
6) Las autoridades policiacas que regularmente sirven a los narcotraficantes brindándoles servicios de información y apoyo, etcétera.


¿Qué cuál es la solución? Sí, hay que endurecer las penas. No me cabe la menor duda. Inclusive, introducir la pena de muerte para delitos tipificados de alta criminalidad, como el secuestro y asesinato por ex policías. Esto sería lo inmediato. Pero hay también que hacer algo a mediano y largo plazo para atacar los orígenes de ésta plaga: Hay que procesar a los funcionarios corruptos actuales y pasados; hay que parar con la impunidad en todos sus niveles. Esto es difícil.

El sistema actual de impartición de justicia no está funcionando. Hay que cambiarlo. La pregunta clave es ¿Cómo? Es obvio que no se puede cambiar bajo el sistema político actual. Vivimos bajo un clima de ingobernabilidad. Un poder ejecutivo y uno legislativo que no se entienden, que no buscan el beneficio nacional, ni quedar bien con la historia; sino que buscan ganancias personales, partidistas o tribales. Te imaginas el debate para hacer una reforma a fondo de los sistemas de seguridad y judicial. ¡Qué circo sería!

Mientras sigan llegando al poder los actuales políticos, no vamos a poder cambiar nada. Se requieren nuevas figuras, personas mas honestas, gente comprometida con el México actual y futuro. Y esto implicaría subirnos al ring político (luchar contra los políticos actuales) o dar un golpe de estado, y esto último (de acuerdo a la historia) sería contraproducente, pues la propia solución engendra su semilla de abuso destructivo.

¿Cuál sería la solución a mediano y largo plazo? ¿Crear un nuevo partido político? ¿Promover un cambio de forma de gobierno a un sistema parlamentario, para darle más gobernabilidad al país? ¿Eliminar a los organismos nacionales (históricamente influenciables y corruptibles) reguladores de nuestra democracia, finanzas y derechos humanos, e instaurar organismos internacionales para que hagan estas funciones? ¿Limpiar y modificar nuestro sistema educativo (pues la buena educación universal es la única solución a largo plazo)? ¿Descentralizar a los sistemas policiales y concentrarlos en unos cuantos organismos con buenos recursos? Etcétera.

Desgraciadamente, tengo mas preguntas que respuestas. Pero, soy optimista. Creo que ésta degradación de valores en nuestra sociedad es resultado de la falta de patriotismo real, no el patrioterismo de gritar de que “como México no hay dos”, o llorar de emoción cuando un connacional gana oro en una competencia internacional, o cantar cuando estamos en el extranjero “México lindo y querido”. No. Me refiero a una conducta honesta, de servicio público; de educar bien a los hijos; de hacer bien tu trabajo; de no ser abusivo; de cuidar los animales, los bosques, las calles; de no dar mordidas, etc. Creo que como sociedad eventualmente le pondremos un hasta aquí a nuestro país secuestrado por la corrupción e impunidad.

Lo que le sucedió al niño Fernando Martí nos ha llegado muy de cerca. No solo como mexicanos y padres de familia, sino porque nuestros grandes y queridos amigos Fernando y Alejandrina son cercanos a la familia Martí.

Estimado Chucho, yo también siento la misma rabia, frustración y deseo de venganza que tú.

Un fuerte abrazo.

Luis Emiliano




Mis Apreciados Amigos Fernando y Alejandrina Solís me mandaron el siguiente mensaje:

Querido Luis:

Muchas gracias.
Tu mensaje es muy alentador. Todos estamos muy consternados con la situación que estamos viviendo, qué país le estamos dejando a nuestros hijos ???

En efecto nos ha tocado vivir muy de cerca esta tragedia que ha consternado a todos los Mexicanos. Es terrible ver el inmenso dolor que puede sentir una familia que jamás le ha hecho daño a nadie, familia trabajadora, deportista, como muchas otras.

Esperamos que la misión de Fernandito, como lo dicen sus propios padres, sea el crearnos conciencia y sentido de unidad entre todos nosotros para luchar juntos y exigir a las autoridades un combate REAL a la delincuencia que a diario termina con la felicidad de tantas y tantas familias mexicanas.

Saludos,

Alejandrina y Fernando