miércoles, mayo 14, 2014

Siete de las Veinte Preguntas de Cuarón y Sarmiento

El 28 de abril de 2014 el cineasta Alfonso Cuarón formuló 10 preguntas sobre la reforma energética propuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto. Me encantó su iniciativa al debate, aunque pensé que las preguntas hubieran podido ser mejores. Sin embargo, me sorprendió y molestó la respuesta socarrona del periodista Sergio Sarmiento del 9 mayo del mismo año en donde invita a Cuarón a debatir en una cadena televisiva.

Sarmiento se autocalifica como un simple periodista, que nunca ha ganado un Oscar, que no es lo suficientemente importante para que el Presidente le conteste sus cartas y considera implícitamente al cineasta de conservador. Sarmiento le formula 10 preguntas bajo el supuesto de que Cuarón, al invitar al debate, está defendiendo al monopolio estatal vigente de Pemex.

Yo no soy cineasta ni periodista, sino tan sólo consultor económico, pero tengo la fortuna de venir de una generación que tuvo clases de oratoria en la Escuela Nacional Preparatoria No. 4. Mi maestro fue uno de los más grandes oradores que ha dado México, el Licenciado José Muñoz Cota. Más tarde tuve la suerte de estudiar mi maestría y doctorado en Inglaterra, donde el debate se practicaba no sólo para llegar a una conclusión y ganar el debate, sino para dominar el arte de debatir. Por ello me sorprende que cuando alguien cuestiona a nuestros políticos y colegas, estos se sienten amenazados, inseguros y responden al cuestionamiento como si se tratará de un ataque personal. El México de hoy desgraciadamente ha perdido la cultura del debate.

Sergio Sarmiento concluye que Cuarón –al inquirir sobre la reforma– aboga por el statu quo. Yo no lo entendí así. Cuarón solamente cuestiona e invita al debate para examinar, discutir e informar a los mexicanos sobre las virtudes y/o limitantes de la reforma. Sarmiento clasifica a Cuarón como conservador por el simple hecho de cuestionar al ejecutivo. Pareciera que no sólo en las dictaduras se impide a los ciudadanos ejercer sus derechos de libre expresión. Examinar, discutir y debatir no es liberal, ni conservador, ni de derecha o de izquierda, sino tan solo parte de un proceso que enriquece a la democracia participativa.

Estimados Cuarón, Sarmiento y lector, parto de la premisa de que no existen políticas liberales, conservadoras, de izquierda o derecha, sino tan sólo políticas correctas o equivocadas. En efecto, considero que si se acepta un objetivo común, la medida que nos acerque más rápidamente al objetivo es la mejor (o la menos mala). Si en nuestro caso el objetivo último de la reforma energética es mejorar el bienestar de las familias mexicanas de hoy y de mañana, entonces el mejor modelo industrial será aquel que mejore más rápidamente las condiciones de vida de los mexicanos presentes y futuros.

Bajo esta premisa, trato a continuación de responder a siete de las 20 preguntas que encontré más interesantes.

  1. ¿Es preferible el monopolio estatal vigente al esquema propuesto de apertura a la iniciativa privada? Si algo nos dice la historia económica es que los monopolios son malos para la economía y sociedad de un país. El monopolio público es ineficiente y foco de corrupción. El monopolio privado es explotador. El monopolio privado extranjero es explotador y saqueador. Un sector con muchos participantes es más eficiente y menos corrupto que los esquemas monopólicos.
  2. ¿Bajarán los precios de los combustibles? Sí y no. Si, en el caso de la electricidad y de las energías alternativas. No, en el caso de los combustibles fósiles comercializados en los mercados internacionales. El nuevo esquema de la reforma va a promover menores costos de oferta. Pero los precios al consumidor de los productos del petróleo y gas tienen que reflejar sus precios internacionales.
  3. ¿Cuáles serán los impactos al medio ambiente? Ningún modelo industrial del sector sea éste de monopolio o de competencia tendrá cero impacto ambiental. La producción, transformación, transporte, distribución y consumo de energía siempre afectarán al medio ambiente. La única manera de evitar los impactos ambientales es no consumir energéticos. No obstante, bajo el esquema propuesto es probable que los impactos ambientales sean menores al aumentar el número de participantes y tener entes reguladores independientes.
  4. ¿Se van a promover energías alternativas? Sí, la apertura del sector a la participación privada va estimular la investigación, desarrollo y comercialización de energías alternativas.
  5. ¿Podrán las grandes trasnacionales capturar nuestro proceso democrático? “Nunca digas de esta agua no beberé.” La historia de las grandes empresas petroleras nos dice que esto es posible. Sin embargo, en el esquema propuesto, el gobierno y los reguladores tienen la obligación de no permitir posiciones dominantes de ninguna empresa. En igualdad de circunstancias, se debe promover alianzas con empresas nacionales. Se deben seguir los ejemplos de Noruega y Brasil.
  6. ¿Qué va pasar con la corrupción y los contratos millonarios? El esquema propuesto va a aumentar la transparencia en la asignación de contratos al separar a los reguladores de las empresas y del ejecutivo, y al permitir la entrada al sector de nuevos participantes. En cuanto a la corrupción sindical, el problema monopólico del sindicato va a continuar hasta que no se modifique la Constitución y la ley laboral.
  7. ¿Cómo evitar las prácticas depredatorias de las empresas? Se requieren reguladores autónomos, independientes, preparados y con fuerza. El regulador debe balancear los intereses de los consumidores, las empresas y el gobierno, por lo tanto no debe de ser capturado por ninguno de los tres. Si el Estado nombra a los reguladores, existe el peligro de captura. El proceso de elección de los reguladores tiene que ser transparente e independiente y debe provenir de la sociedad civil. Los reguladores no deben ser propuestos por el ejecutivo, legislativo o judicial. Los candidatos deben ser propuestos por consultores y elegidos por un panel de la sociedad civil. Es por ello que en los países desarrollados los reguladores generalmente provienen de academia no de los amigos de los políticos o gobernantes.

Me gustó la cita de Sarmiento “Es mejor debatir una disputa sin resolverla que resolver la disputa sin debatirla” de Joubert. Las 10 preguntas de Alfonso Cuarón han logrado, por lo menos, un debate entre nosotros. Ojalá y que otros mexicanos destacados inviten al debate en las otras reformas a través de cuestionamientos dirigidos a nuestros gobernantes. Los mejores proyectos de política pública, los más sustentables, son aquellos en donde la mayoría de los miembros de la sociedad se sienten participantes y propietarios.

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