Cómo calificar a septiembre: el mes de la patria, de la independencia, de los niños héroes o el mes de la traición? Usted me dirá querido lector.
Quien quiera revisar mis escritos en este medio se podrá percatar de que al principio pensé que la administración de Enrique Peña Nieto iba por buen camino, no solamente porque Peña Nieto era, a mi juicio, el menos malo de los candidatos de ese entonces a la presidencia, sino porque en su primer año pudo llevar a cabo, dentro del pacto por México, las reformas estructurales que el país pedía a gritos. Sin embargo, a partir del segundo año, las decisiones políticas y de política económica empezaron a ser malas o a quedarse cortas, dando muestras de que los elementos más nefastos de nuestra historia continuaban: corrupción, impunidad e ineptitud. Poco a poco, de manera inexorable, las decisiones de política económica dejaron de ser menos para mejorar el bienestar general, y de ser más para favorecer los intereses a los cercanos al poder.
Las decisiones y acontecimientos durante Septiembre, nuestro mes patrio, más que hacernos enojar, nos han puesto tristes porque ejemplificaron la frivolidad y falta de patriotismo de la administración actual. La invitación de venir a México de su archienemigo, Donald Trump, se puede calificar –de manera optimista– como error de visión política, lo que en realidad pensadores y analistas califican como una gran traición. Ese acontecimiento le ha dado el tinte al mes de la patria, lo que tradicionalmente se podría considerar como el día del Presidente, ahora se considera –con justa razón– como el día de la traición a México.
Lo dicho por el Presidente Peña Nieto –en el marco de la inauguración de un ecoparque en la ciudad de Zacatecas– de que “Llegará el momento en que se entienda el porqué de mis decisiones…”, me hizo pensar en lo que Albert Einstein dijo una vez: “Si no puedes explicar algo de forma sencilla, es que ni tú mismo lo has entendido lo suficiente.”
Lo triste del caso es que la traición no terminó ahí, sino que continuó con (1) la presentación de su cuarto informe de gobierno, no como una rendición de cuentas ante la nación, sino como único participante en un concurso de popularidad ante un grupo de jóvenes lambiscones; (2) el nombramiento de su cuate y operador político, Luis Enrique Miranda, de Secretario de Sedesol con la supuesta misión de “reducir la pobreza,” cargo para el cual no tiene preparación o experiencia alguna, lo nombró para usar los recursos de Sedesol con fines políticos, no para ayudar a los pobres… el tocayo de EPN seguirá siendo su operador político, pero ahora lo hará desde la Sedesol, y (3) la revelación de un paquete económico, diseñado para hacer política más que economía.
El paquete económico presenta un fuerte recorte al gasto de capital mientras que mantiene básicamente constante el gasto corriente. El 92 por ciento de la reducción del gasto de capital corresponde a la inversión física, la cual tradicionalmente detona empleos, ingresos y crecimiento económico. Aun cuando el gasto corriente disminuye algo menos que el 4 por ciento, los servicios personales de los burócratas aumentan 0.3 por ciento.
Los cálculos del gobierno se hacen con base en dos supuestos contradictorios, por un lado suponen un crecimiento económico para el país de 2.5 por ciento en el 2017, pero de manera mágica estiman que los ingresos tributarios aumentarán casi cuatro veces la tasa de crecimiento, 9.7 por ciento, lo cual es contradictorio e irreal
En efecto, sólo puede haber aumentos en los ingresos impositivos cuando aumenta la eficacia en la recaudación y/o cuando aumenta el crecimiento económico. Empero, si algo nos puede decir la historia es que nuestra eficiencia para cobrar impuestos en México es muy baja. Los aumentos en la recaudación fiscal tendrían que venir del aumento en el crecimiento económico, de lo contrario, tratar de cobrar más a los que actualmente más pagan, a los causantes cautivos, reducirá el crecimiento económico aún más. En pocas palabras, el gasto corriente se financiará no con ingresos corrientes, sino con más deuda pública...
Hay dos tipos de detonantes para el crecimiento económico, los positivos y los negativos.
Dentro de los conceptos positivos para el crecimiento están: 1) cobrar menos impuestos a la inversión y ahorro privado promueve más el crecimiento que utilizar esos recursos para hacer inversión pública… en otras palabras, la inversión en manos de los privados genera más crecimiento en los ingresos y empleos de la nación que la misma cantidad en manos del sector público (esto no es algo que yo esté diciendo, es algo probado por la historia y se sigue probando en el día a día del devenir económico); 2) un aumento en el gasto de capital es mejor que un incremento en el gasto corriente; 3) una reducción en los impuestos genera más crecimiento que un aumento… esto quiere decir que el gasto e inversión privado son mejores para la economía que el gasto e inversión del gobierno (esto no es una opinión ideológica, es simplemente una observación real… los empresarios y trabajadores privados generan más riqueza que los burócratas).
Hoy en día solamente los políticos populistas y supuestamente de izquierda promueven las fórmulas contrarias al mejoramiento del bienestar de las grandes mayorías…
La primera lección que aprende un economista es que la escasez domina todo, porque no hay suficiente de todo para satisfacer las necesidades de todos. Sin embargo, la primera lección que aprende un político es olvidarse de la primera lección de los economistas…
¿Qué piensas querido lector: ha sido septiembre el mes de la patria, de los niños héroes, de la independencia o el mes de las traiciones…?
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miércoles, septiembre 14, 2016
jueves, septiembre 08, 2016
Sale Videgaray, el cerebro político de la administración de Enrique Peña Nieto
Algunos días atrás le prometía a un grupo de amigos que no iba a escribir una nota al día, sino solamente cuando hubiera noticias importantes, la renuncia de Luis Videgaray Caso constituye una de estas, aparte de estar estrechamente ligada a las notas anteriores: “el costoso error de la visita de Trump” y “el pobre informe de gobierno bajo el bobo esquema de jóvenes lambiscones.”
¡Caray, que día tuvimos ayer 7 de septiembre de 2016!
Bueno, basta ya de preliminares y entremos a la pregunta motivo de esta nota:
¿Cuáles son las implicaciones de la salida del principal colaborador del Presidente?
Empecemos diciendo que la presidencia de EPN ha sido por demás una de las más extrañas de los últimos siete gobiernos. En esta administración los que han enfrentado las críticas y errores de política y de política pública no han sido los colaboradores y miembros del gabinete, sino el propio Presidente, distrayéndolo en sus funciones de dirección del país… lo que algunos mal pensados podrían juzgar como algo positivo. Sin embargo, parece ser que todo esto ha terminado con la salida de uno de sus secretarios más cercanos, el que más ha influido en este sexenio, quien fuera su encargado de finanzas en el gobierno del Estado de México, director de su campaña presidencial, arquitecto de las reformas estructurales en el pacto por México, su Secretario de Hacienda, el supér hombre considerado la sombra detrás del trono, el cerebro detrás de las principales decisiones de este gobierno, y quien orquestó la torpe visita de Trump a México.
Varios analistas pensamos que los dos hombres fuertes de Enrique Peña Nieto, Videgaray y Osorio Chong, iban a quedarse hasta el final de su sexenio, y si alguno de los dos tuviera que irse sería el Secretario de Gobernación, pero fue Videgaray el que se fue, y no por un error previsible en el ejercicio de su cartera, sino por ser el más propositivo y arriesgado de los asesores del Presidente. Los otros miembros de su gabinete han preferido trabajar en la sombra, detrás de bambalinas, haciendo lo mínimo o casi nada para evitar las críticas. No quieren sacar la cabeza y arriesgar a que se las corten o pasar a la historia como proponentes de algo fallido, sino pretenden terminar el sexenio sin que los corran. Haciendo una analogía con el ‘bax’, los miembros de su gabinete prefieren correr y rehuir el combate, terminando de pie, antes que atacar y arriesgar a que los noqueen, porque entraron al cuadrilátero no a ganar, sino a perder de la mejor manera... o de la manera menos peor.
Con una visión retrospectiva de 20/20, la invitación a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos de venir a México, y la aceptación de que viniera Trump, pasarán a la historia como uno de los errores más costosos de este gobierno y, probablemente de muchos gobiernos; va a ser el clásico ejemplo de lo que nunca se debería de hacer, uno de los ‘nonos’ de política internacional.
La propuesta de Videgaray, aceptada por el Presidente y sus colaboradores, fue una apuesta que perdió; seguramente, deslumbrado por los beneficios, no pudo apreciar los costos y riesgos; vio la iniciativa como una manera para posicionar en el escenario mundial a Peña Nieto como líder de la política internacional y de paso hacerlo más popular en el país, pero los beneficios esperados fueron tan sólo un espejismo… Caray, ahora, después del hecho, cuesta trabajo pensar que alguien en el uso pleno de sus cabales se le pueda ocurrir que seria bueno enfrentar a Peña Nieto con Trump, conociendo el perfil de ambos. Seguramente varios de los miembros del gabinete pudieron apreciar los riesgos, pero prefirieron callarse, dejando que Videgaray y el Presidente asumieran todos los riesgos.
Luis Videgaray salió del gabinete porque había perdido credibilidad como timonel de la administración, mostrándole, de tal manera, algo de lealtad a Peña Nieto, ya que su presencia le estaba pegando. Videgaray asumió las consecuencias de la fallida visita de Trump, quien continua mostrando su habilidad política callejera declarando de que la salida de Videgaray es confirmación de lo bien que le fue en su visita a México… “that’s how well we did!”
Y, ¿qué hay con respecto al resto de los cambios en el gabinete?
Ahora el Secretario de Hacienda será José Antonio Meade Kuribreña, quien había sido Secretario de Hacienda en el gobierno de Felipe Calderón y fungía como Secretario de la Secretaría de Desarrollo Social; un funcionario que no es asociado a ningún partido y con buenas relaciones con todos. Meade llega a recortar el gasto público y a poner orden en las finanzas del Estado, cuya deuda pública había crecido preocupantemente, sobre todo porque no había sido acompañado por un aumento paralelo en la inversión pública. Su desafío va a ser el saneamiento de las finanzas, más que perder el tiempo en hacer política, actividad a la cual le dedicaba más tiempo su antecesor Luis Videgaray.
El gran cuate de Peña Nieto, quien fungía como subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, considerado el operador político del Presidente, entra ahora como Secretario de Sedesol con la misión de “reducir la pobreza.” Este nombramiento parece extraño pues no hay ninguna indicación en el perfil de este hombre que lo haga adecuado para tal cartera, pero cuando se considera que Sedesol es más bien un instrumento político, entonces su nombramiento resulta explicable: El otorgamiento de los recursos de Sedesol se hará de acuerdo con las necesidades de política, no por las necesidades de quienes menos tienen. El tocayo del señor Presidente seguirá siendo su operador político, pero ahora lo hará desde la Sedesol.
Lo dicho por el Presidente Peña Nieto –en el marco de la inauguración de un ecoparque en la ciudad de Zacatecas– de que “Llegará el momento en que se entienda el porqué de mis decisiones…”, me hizo pensar en lo que Albert Einstein dijo una vez: “Si no puedes explicar algo de forma sencilla, es que ni tú mismo lo has entendido lo suficiente.”
Peña Nieto causa pena ajena… no llegó a la presidencia por capacidad o liderazgo sino gracias a una democracia manipulada y sesgada por los medios… me decía Rosamar, una de mis estudiantes y ahora amiga economista, “cuando el poder es heredado, impuesto o determinado, más temprano que tarde, termina por llegar un príncipe idiota a detentarlo.”
¡Caray, que día tuvimos ayer 7 de septiembre de 2016!
Bueno, basta ya de preliminares y entremos a la pregunta motivo de esta nota:
¿Cuáles son las implicaciones de la salida del principal colaborador del Presidente?
Empecemos diciendo que la presidencia de EPN ha sido por demás una de las más extrañas de los últimos siete gobiernos. En esta administración los que han enfrentado las críticas y errores de política y de política pública no han sido los colaboradores y miembros del gabinete, sino el propio Presidente, distrayéndolo en sus funciones de dirección del país… lo que algunos mal pensados podrían juzgar como algo positivo. Sin embargo, parece ser que todo esto ha terminado con la salida de uno de sus secretarios más cercanos, el que más ha influido en este sexenio, quien fuera su encargado de finanzas en el gobierno del Estado de México, director de su campaña presidencial, arquitecto de las reformas estructurales en el pacto por México, su Secretario de Hacienda, el supér hombre considerado la sombra detrás del trono, el cerebro detrás de las principales decisiones de este gobierno, y quien orquestó la torpe visita de Trump a México.
Varios analistas pensamos que los dos hombres fuertes de Enrique Peña Nieto, Videgaray y Osorio Chong, iban a quedarse hasta el final de su sexenio, y si alguno de los dos tuviera que irse sería el Secretario de Gobernación, pero fue Videgaray el que se fue, y no por un error previsible en el ejercicio de su cartera, sino por ser el más propositivo y arriesgado de los asesores del Presidente. Los otros miembros de su gabinete han preferido trabajar en la sombra, detrás de bambalinas, haciendo lo mínimo o casi nada para evitar las críticas. No quieren sacar la cabeza y arriesgar a que se las corten o pasar a la historia como proponentes de algo fallido, sino pretenden terminar el sexenio sin que los corran. Haciendo una analogía con el ‘bax’, los miembros de su gabinete prefieren correr y rehuir el combate, terminando de pie, antes que atacar y arriesgar a que los noqueen, porque entraron al cuadrilátero no a ganar, sino a perder de la mejor manera... o de la manera menos peor.
Con una visión retrospectiva de 20/20, la invitación a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos de venir a México, y la aceptación de que viniera Trump, pasarán a la historia como uno de los errores más costosos de este gobierno y, probablemente de muchos gobiernos; va a ser el clásico ejemplo de lo que nunca se debería de hacer, uno de los ‘nonos’ de política internacional.
La propuesta de Videgaray, aceptada por el Presidente y sus colaboradores, fue una apuesta que perdió; seguramente, deslumbrado por los beneficios, no pudo apreciar los costos y riesgos; vio la iniciativa como una manera para posicionar en el escenario mundial a Peña Nieto como líder de la política internacional y de paso hacerlo más popular en el país, pero los beneficios esperados fueron tan sólo un espejismo… Caray, ahora, después del hecho, cuesta trabajo pensar que alguien en el uso pleno de sus cabales se le pueda ocurrir que seria bueno enfrentar a Peña Nieto con Trump, conociendo el perfil de ambos. Seguramente varios de los miembros del gabinete pudieron apreciar los riesgos, pero prefirieron callarse, dejando que Videgaray y el Presidente asumieran todos los riesgos.
Luis Videgaray salió del gabinete porque había perdido credibilidad como timonel de la administración, mostrándole, de tal manera, algo de lealtad a Peña Nieto, ya que su presencia le estaba pegando. Videgaray asumió las consecuencias de la fallida visita de Trump, quien continua mostrando su habilidad política callejera declarando de que la salida de Videgaray es confirmación de lo bien que le fue en su visita a México… “that’s how well we did!”
Y, ¿qué hay con respecto al resto de los cambios en el gabinete?
Ahora el Secretario de Hacienda será José Antonio Meade Kuribreña, quien había sido Secretario de Hacienda en el gobierno de Felipe Calderón y fungía como Secretario de la Secretaría de Desarrollo Social; un funcionario que no es asociado a ningún partido y con buenas relaciones con todos. Meade llega a recortar el gasto público y a poner orden en las finanzas del Estado, cuya deuda pública había crecido preocupantemente, sobre todo porque no había sido acompañado por un aumento paralelo en la inversión pública. Su desafío va a ser el saneamiento de las finanzas, más que perder el tiempo en hacer política, actividad a la cual le dedicaba más tiempo su antecesor Luis Videgaray.
El gran cuate de Peña Nieto, quien fungía como subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, considerado el operador político del Presidente, entra ahora como Secretario de Sedesol con la misión de “reducir la pobreza.” Este nombramiento parece extraño pues no hay ninguna indicación en el perfil de este hombre que lo haga adecuado para tal cartera, pero cuando se considera que Sedesol es más bien un instrumento político, entonces su nombramiento resulta explicable: El otorgamiento de los recursos de Sedesol se hará de acuerdo con las necesidades de política, no por las necesidades de quienes menos tienen. El tocayo del señor Presidente seguirá siendo su operador político, pero ahora lo hará desde la Sedesol.
Lo dicho por el Presidente Peña Nieto –en el marco de la inauguración de un ecoparque en la ciudad de Zacatecas– de que “Llegará el momento en que se entienda el porqué de mis decisiones…”, me hizo pensar en lo que Albert Einstein dijo una vez: “Si no puedes explicar algo de forma sencilla, es que ni tú mismo lo has entendido lo suficiente.”
Peña Nieto causa pena ajena… no llegó a la presidencia por capacidad o liderazgo sino gracias a una democracia manipulada y sesgada por los medios… me decía Rosamar, una de mis estudiantes y ahora amiga economista, “cuando el poder es heredado, impuesto o determinado, más temprano que tarde, termina por llegar un príncipe idiota a detentarlo.”
jueves, septiembre 01, 2016
Crónica de una visita anunciada… Trump vino, vio y venció…
Como era previsible, Donald Trump se reunió por una hora en lo oscurito con Peña Nieto, haciéndose después declaraciones públicas de forma y sin fondo en los Pinos, para finalmente cada uno de ellos continuar a sus compromisos siguientes.
¿Cuál es a bote pronto mi evaluación de la visita?
Durante la llegada y las declaraciones a los medios, Enrique Peña Nieto apareció titubeante, conciliador y pacificador, haciendo uso de un discurso repleto de las frases trilladas de política exterior, como “hay grandes oportunidades para ambos países” y “nuestros países son muy importantes el uno para el otro.” De cara a Trump, EPN no le pidió que se disculpara con los mexicanos por sus insultos y ofensas, las cuales minimizó al referirse a estas como malas interpretaciones…
Trump ha dicho que “...los mexicanos traen a Estados Unidos drogas y criminalidad... que somos violadores... que México no es amigo de Estados Unidos... que los mexicanos estamos estafando a Estados Unidos más que casi cualquier otra nación... etc.” ¿Cuáles son las malas interpretaciones señor Presidente?
Donald Trump, por su lado, recurrió a las grandes palabras para referirse a los mexicanos, confirmando una vez más que es un hombre de palabrería que no tiene palabra.
Terminadas las declaraciones a los medios, Trump se fue a Arizona donde retomó su retórica antimexicana, asegurando que el muro se iba a construir y que lo iban a pagar los mexicanos, informando que el tema de quien lo iba a pagar no se discutió con el presidente mexicano.
Esa noche, Peña Nieto fue entrevistado por Denisse Maerke apareciendo valiente y combativo, actitud que, en lugar de fortalecerlo, lo debilitó aún más, porque ahora no tenía al oponente enfrente.
Mientras que Trump negó que se hubiera hablado de quien iba pagar por el muro, Peña Nieto fue categórico al informar que le dijo a Trump que los mexicanos no iban a pagar por el muro… ¿Quién estará mintiendo?
Creo que, la mayoría de mis tres o cuatro amigos lectores, estarán de acuerdo conmigo que la visita dejó un saborcito a traición y humillación. La imagen de lo sucedido me hizo recordar el análisis de mi esposa sobre los pueblos y sus líderes, el cual concluía que la baja autoestima de un pueblo se refleja en sus líderes, quienes prefieren congraciarse con los líderes abusadores de naciones más fuertes que enfrentarlos... ¡El complejo de la Malinche!
Ahora, ¿qué resta por hacerse? La cancillería debe continuar buscando la visita de la candidata demócrata Hillary Clinton, a la cual el gobierno de México ofendió por errores de previsión, coordinación e ineptitud al tenderle la mano al rival de ambos.
Pero, no solo Peña Nieto ofendió a Hillary y a los demócratas americanos, sino agravió aún más al pueblo de México al preferir agacharse y quedar bien con el billonario americano que dar la cara en defensa de los mexicanos que lo llevaron al poder y a los que les juro defender sus intereses.
Marcador final: Donald Trump cinco, Peña Nieto cero.
¿Cuál es a bote pronto mi evaluación de la visita?
Durante la llegada y las declaraciones a los medios, Enrique Peña Nieto apareció titubeante, conciliador y pacificador, haciendo uso de un discurso repleto de las frases trilladas de política exterior, como “hay grandes oportunidades para ambos países” y “nuestros países son muy importantes el uno para el otro.” De cara a Trump, EPN no le pidió que se disculpara con los mexicanos por sus insultos y ofensas, las cuales minimizó al referirse a estas como malas interpretaciones…
Trump ha dicho que “...los mexicanos traen a Estados Unidos drogas y criminalidad... que somos violadores... que México no es amigo de Estados Unidos... que los mexicanos estamos estafando a Estados Unidos más que casi cualquier otra nación... etc.” ¿Cuáles son las malas interpretaciones señor Presidente?
Donald Trump, por su lado, recurrió a las grandes palabras para referirse a los mexicanos, confirmando una vez más que es un hombre de palabrería que no tiene palabra.
Terminadas las declaraciones a los medios, Trump se fue a Arizona donde retomó su retórica antimexicana, asegurando que el muro se iba a construir y que lo iban a pagar los mexicanos, informando que el tema de quien lo iba a pagar no se discutió con el presidente mexicano.
Esa noche, Peña Nieto fue entrevistado por Denisse Maerke apareciendo valiente y combativo, actitud que, en lugar de fortalecerlo, lo debilitó aún más, porque ahora no tenía al oponente enfrente.
Mientras que Trump negó que se hubiera hablado de quien iba pagar por el muro, Peña Nieto fue categórico al informar que le dijo a Trump que los mexicanos no iban a pagar por el muro… ¿Quién estará mintiendo?
Creo que, la mayoría de mis tres o cuatro amigos lectores, estarán de acuerdo conmigo que la visita dejó un saborcito a traición y humillación. La imagen de lo sucedido me hizo recordar el análisis de mi esposa sobre los pueblos y sus líderes, el cual concluía que la baja autoestima de un pueblo se refleja en sus líderes, quienes prefieren congraciarse con los líderes abusadores de naciones más fuertes que enfrentarlos... ¡El complejo de la Malinche!
Ahora, ¿qué resta por hacerse? La cancillería debe continuar buscando la visita de la candidata demócrata Hillary Clinton, a la cual el gobierno de México ofendió por errores de previsión, coordinación e ineptitud al tenderle la mano al rival de ambos.
Pero, no solo Peña Nieto ofendió a Hillary y a los demócratas americanos, sino agravió aún más al pueblo de México al preferir agacharse y quedar bien con el billonario americano que dar la cara en defensa de los mexicanos que lo llevaron al poder y a los que les juro defender sus intereses.
Marcador final: Donald Trump cinco, Peña Nieto cero.
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miércoles, agosto 31, 2016
Peña Nieto - Trump: El triunfo del cordero sobre el lobo... hay si, cómo no.
Hoy miércoles 31 de agosto de 2016 me levanté con la sorprendente noticia de que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, va a tener una junta privada con uno de los políticos que más han atacado e insultado a México y a su gente en los últimos años. Qué pena que Peña sea tan inculto que por ignorancia repita los grandes errores del pasado de los timoratos y cobardes que pensaron que podían dialogar y apaciguar a un Atila frente a Roma: como dice el historiador Krauze, “a los tiranos se les enfrenta con dignidad y valentía.” No hay que olvidar al primer ministro británico Chamberlain quien en 1938 trato de apaciguar las ambiciones de Hitler a costa de entregarle parte de Checoeslovaquia con la promesa, eso sí, de que ya no amenazaría a más países. ¡Y se lo creyeron!
Si algo hubiera podido aprender de la historia un individuo que llegó a la presidencia por su carisma, presencia y artimañas, no por logros y preparación, es que el diálogo nunca ha beneficiado a los débiles, sino a los déspotas. El diálogo respetuoso es una opción razonable cuando se trata de gente razonable, pero es algo muy peligroso cuando se trata de tiranos malintencionados. La historia ha juzgado la reunión de apaciguamiento de Chamberlain con Hitler en uno de los errores más caros de la historia. En efecto, a los injustos se les da la cara y se les pone el alto con firmeza y sin titubeos.
No sé si Enrique Peña Nieto por estupidez, ignorancia o cobardía se presta al juego de Trump que viene a México, antes de dar su discurso sobre migración en Arizona, buscando el apoyo de los americanos de origen mexicano y el repunte en las encuestas. Trump tiene mucho que ganar al aceptar la invitación de Peña Nieto, pero que tiene Peña de ganar, excepto un mayor descontento popular. El billonario americano se ha chamaqueado al presidente mexicano.
Qué vergüenza, que el presidente, en lugar de defender a los que lo llevaron al poder para cuidar y avanzar sus intereses, se meta a un cuarto privado con la persona que más los ataca e insulta, disque a dialogar, pero por favor, ¿qué puede lograr el cordero de Peña Nieto en lo obscurito contra el lobo demagógico, populista, prepotente y racista de Trump?
Caray, quien no puede entender que, amen de lo que se discuta, la agenda que cada quien traiga a la mesa no es lo relevante, lo trascendental es la propia reunion, que se junten, para que así Trump pueda vender la imagen de que es conciliador y capaz de negociar con lideres de otras naciones, inclusive con el presidente del país mas odiado por el.
Dadas las inoportunas y torpes invitaciones de Peña Nieto a ambos candidatos a la Casa Blanca de visitar México, lo mejor hubiera sido cancelar la aceptación de Trump de visitarnos en éste día arguyendo compromisos previos… Y si no tiene los pantalones para hacerlo y la reunión se tiene que llevar a cabo, la debe de hacer de manera pública y transparente… lo primero que tiene que hacer como líder de México es pedirle a Trump que se disculpe ante los mexicanos por todo lo que les ha dicho en su contra.
No solamente Enrique Peña Nieto atenta contra los mexicanos al aceptar una reunión privada, sino que se hace de un enemigo gratuito, la candidata presidencial defensora y respetuosa de México Hillary Clinton, al ayudar consciente o inconscientemente en su lucha política a su rival Donald Trump…
Ay, pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Peña Nieto.
Si algo hubiera podido aprender de la historia un individuo que llegó a la presidencia por su carisma, presencia y artimañas, no por logros y preparación, es que el diálogo nunca ha beneficiado a los débiles, sino a los déspotas. El diálogo respetuoso es una opción razonable cuando se trata de gente razonable, pero es algo muy peligroso cuando se trata de tiranos malintencionados. La historia ha juzgado la reunión de apaciguamiento de Chamberlain con Hitler en uno de los errores más caros de la historia. En efecto, a los injustos se les da la cara y se les pone el alto con firmeza y sin titubeos.
No sé si Enrique Peña Nieto por estupidez, ignorancia o cobardía se presta al juego de Trump que viene a México, antes de dar su discurso sobre migración en Arizona, buscando el apoyo de los americanos de origen mexicano y el repunte en las encuestas. Trump tiene mucho que ganar al aceptar la invitación de Peña Nieto, pero que tiene Peña de ganar, excepto un mayor descontento popular. El billonario americano se ha chamaqueado al presidente mexicano.
Qué vergüenza, que el presidente, en lugar de defender a los que lo llevaron al poder para cuidar y avanzar sus intereses, se meta a un cuarto privado con la persona que más los ataca e insulta, disque a dialogar, pero por favor, ¿qué puede lograr el cordero de Peña Nieto en lo obscurito contra el lobo demagógico, populista, prepotente y racista de Trump?
Caray, quien no puede entender que, amen de lo que se discuta, la agenda que cada quien traiga a la mesa no es lo relevante, lo trascendental es la propia reunion, que se junten, para que así Trump pueda vender la imagen de que es conciliador y capaz de negociar con lideres de otras naciones, inclusive con el presidente del país mas odiado por el.
Dadas las inoportunas y torpes invitaciones de Peña Nieto a ambos candidatos a la Casa Blanca de visitar México, lo mejor hubiera sido cancelar la aceptación de Trump de visitarnos en éste día arguyendo compromisos previos… Y si no tiene los pantalones para hacerlo y la reunión se tiene que llevar a cabo, la debe de hacer de manera pública y transparente… lo primero que tiene que hacer como líder de México es pedirle a Trump que se disculpe ante los mexicanos por todo lo que les ha dicho en su contra.
No solamente Enrique Peña Nieto atenta contra los mexicanos al aceptar una reunión privada, sino que se hace de un enemigo gratuito, la candidata presidencial defensora y respetuosa de México Hillary Clinton, al ayudar consciente o inconscientemente en su lucha política a su rival Donald Trump…
Ay, pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Peña Nieto.
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