martes, febrero 21, 2012

El ABC del Acuerdo sobre los Yacimientos Transfronterizos

México y Estados Unidos firmaron el lunes 20 de febrero de 2012 en Los Cabos, Baja California Sur el “Acuerdo para la exploración y explotación conjunta de los yacimientos transfronterizos en el Golfo de México”. Su objetivo es explotar de manera ordenada las reservas de hidrocarburos que cruzan ambos lados de la frontera marítima. El Acuerdo pretende lograr una explotación conjunta y equitativa de los yacimientos de hidrocarburos entre ambas naciones. Dicho Acuerdo será sometido para su aprobación al Senado de la República. Este es un pacto histórico para México, pues nunca antes se había llevado a cabo un compromiso semejante en la historia de la Nación.

Pero: ¿Le conviene dicho pacto a México? ¿Cuáles son sus costos, riesgos y beneficios? ¿Es esto un proceso disfrazado de privatización? ¿Vamos a perder soberanía nacional? ¿Vamos a regalar nuestro patrimonio a los Estados Unidos?

En este artículo hacemos un ABC (Análisis de Beneficio Costo) de dicho Acuerdo.

Antecedentes: México enfrenta el agotamiento de sus recursos de hidrocarburos de fácil acceso. Desde hace una década la relación reservas - producción ha estado estancada. Las formaciones geológicas que se encuentran bajo las aguas profundas del Golfo de México tienen altas probabilidades de contener grandes cantidades de hidrocarburos. Algunos expertos hablan de magnitudes por lo menos equivalentes a Cantarell. Por ello, se ha venido insistiendo en la necesidad de que Pemex empiece a perforar en aguas profundas para compensar y sustituir los yacimientos que están declinando. Pemex tiene la capacidad para hacer perforaciones productivas en profundidades hasta de 1000 m. Sin embargo, los yacimientos transfronterizos están a profundidades entre 2500 a 3500 metros bajo el nivel del mar y Pemex no tiene la tecnología, los conocimientos, ni los equipos necesarios para hacer perforaciones hasta tales profundidades.

Estados Unidos y Cuba nos han tomado la delantera en las exploraciones en esta zona. Hay por lo menos 30 empresas americanas que están perforando un promedio de 170 pozos por año. Algunos de los yacimientos explorados se encuentran entre 4 a 44 kilómetros de distancia de la frontera con México. Tal es el caso del yacimiento Cinturón Plegado Perdido, donde los americanos ya tienen tres pozos a menos de 10 km de la frontera, lo que preocupa por el denominado “efecto popote” –que consiste en extraen los hidrocarburos del lado americano absorbiendo los que están en el mismo yacimiento del lado mexicano.

Cuba está trabajando con varias empresas bajo contratos de riesgo, tales como la española Repsol, la noruega Norks Hydro, la canadiense Sherrit, la vietnamita Petrovietnam, PDVSA y Petronas de Malasia.

En México hemos explorado alrededor de ¡cinco pozos en cinco años! Y al ritmo que vamos, probablemente en 70 años ya tendremos la capacidad de explotar los recursos en aguas profundas. Este es un lujo que no nos podemos permitir como nación.

Costos y Beneficios: En primer lugar esto no es un proceso de privatización, porque en última instancia fortalece a una empresa pública que es Petróleos Mexicanos. Tampoco es un acuerdo que atente contra la soberanía nacional, porque al descubrir más yacimientos y aumentar el patrimonio nacional, se fortalece nuestra soberanía.

En segundo lugar, el Acuerdo le da certeza jurídica a la exploración y explotación de los yacimientos compartidos, lo cual significa que por un lado se elimina la posibilidad de que los americanos exploten los yacimientos mexicanos desde su territorio (desaparece el efecto popote) y por el otro se evitan posibles disputas entre ambas naciones.

En tercer lugar, el pacto autoriza que se realice un trabajo binacional, permitiéndole así a Pemex que adquiera la experiencia, los conocimientos y la tecnología de punta mientras está trabajando con empresas del ramo líderes en el mundo. La adquisición de esta tecnología le dará Pemex la capacidad para trabajar en otras zonas de aguas profundas en el Golfo de México y en otras partes del mundo.

En suma, México no se puede dar el lujo de esperar hasta que Pemex desarrolle su propia tecnología para trabajar sola en aguas profundas, pues eso significaría sacrificar el patrimonio de las tres próximas generaciones de mexicanos. Este Acuerdo entre Estados Unidos y México para el aprovechamiento conjunto de los recursos de hidrocarburos transfronterizos es histórico, no solamente porque es el primero de este tipo entre ambas naciones, sino porque no tiene costos y sí tiene muchos beneficios.

El ABC del Acuerdo es totalmente rentable para México.

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