lunes, julio 30, 2012

3 de 3 - Peña Nieto y PRI: Significado de los resultados electorales

En este tercero y último artículo de la serie trataremos de responder a la quinta y última interrogante: ¿Qué lecciones podemos aprender de los resultados de las elecciones? 

Yo veo tres grandes mensajes de las elecciones presidenciales del 2012:
  1. El electorado mexicano ha empezado a castigar a los partidos en el poder cuando no cumplen sus promesas y hacen las cosas mal. 
  2. Los votantes están perdiendo la paciencia de que no se resuelva el principal problema del país el de la pobreza y la desigualdad. 
  3. México ya no vive en los tiempos de una dictadura perfecta, sino en tiempos de una democracia imperfecta.

Primer mensaje: ¡SI NO CUMPLES TE ME VAS

El PAN heredó un modelo de crecimiento que favorece al sector externo sobre el mercado interno. Efectivamente hubo un cambio de poder, pero las dos administraciones panistas sólo se dedicaron a administrar la estabilidad económica, fiscal y comercial. Las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón consolidaron una economía con un sector externo flexible y un tipo de cambio de rápido ajuste permitiendo que los shocks externos se resolvieran a través de los rápidos ajustes en el mercado de divisas sin que esto se transmitiera al resto de la economía.

La derrota del PAN se debió al voto de castigo de la sociedad civil al no haber cumplido los gobiernos panistas de Fox y de Calderón con las promesas de campaña del crecimiento del 7% al año y la creación de 1 millón de empleos al año, a los excesos de sus gobernantes y funcionarios, al bajo crecimiento y al aumento de la pobreza. La alternancia no pudo avanzar en los cambios estructurales. Los crecimientos promedio de los dos sexenios panistas rondará en 2.2%, equivalente al comportamiento de la economía durante los últimos 30 años. En el 2000 el 53.6% de la población (52.7 millones de mexicanos) estaba sumida en la pobreza patrimonial y en el 2010 51.3% (57.7 millones), en otras palabras hubo una reducción relativa de 2.3% pero en términos absolutos los pobres aumentaron en 5 millones de mexicanos. Cientos de miles de mexicanos siguieron emigrando a los Estados Unidos en busca de mejores empleos. Los consumidores en México seguimos pagando tarifas más altas por electricidad y las telecomunicaciones que en Estados Unidos y en Canadá. Los últimos dos gobiernos fracasaron en mejorar el nivel de vida, y de crear más y mejores empleos. No pudieron aumentar el grado de competencia en los sectores claves del crecimiento tales como en la electricidad y las telecomunicaciones. También se presentó un fuerte deterioro social como resultado del combate al narcotráfico. 

Segundo mensaje: ¡PREFIERO IGUALDAD EN LA POBREZA, QUE DESIGUALDAD EN LA ABUNDANCIA! 

Este mensaje implícito en los resultados de las elecciones es el que más preocupa. El apoyo que se le ha dado a Andrés Manuel López Obrador, a este polémico e interesante personaje de la política nacional, es un termómetro del grado de descontento de los mexicanos. Hay que reconocer que la gente no es tonta, sabe cómo es AMLO, de que es un político rijoso, manipulador, inculto, enfermo por el poder, que sólo acepta las victorias y considera las derrotas como complots y conspiraciones en su contra. El mexicano sabe que es un hombre que se considera ungido por un poder supra histórico o celestial para salvar al ignorante e infantil pueblo de México. Los votos a AMLO no son votos de apoyo, si no votos de castigo a los gobiernos en el poder, a los gobiernos que no han podido resolver los problemas de pobreza y de falta de oportunidades, y de los que temen u odian al PRI y al PAN. Hace seis años López Obrador obtuvo 14.8 millones, mientras que este año obtuvo 15.9 millones, un millón de votos más.

El apoyo a AMLO es una clara advertencia de los mexicanos que menos tienen que si no se resuelven sus carencias y faltas de oportunidades van a preferir la regresión democrática y la lucha de las clases auspiciada por AMLO que continuar en la pobreza. Los que no tienen ahora, y no tienen la esperanza de tener mañana, van a optar por que nadie tenga, y van a elegir la igualdad aunque sea en la pobreza.

Tercer mensaje: ¡NO HAY DICTADURA DE PARTIDO, SINO TAN SOLO UNA DEMOCRACIA EN PROCESO! 

En suma, cuarenta nueve millones de mexicanos votamos, un millón de ciudadanos contó los votos, mientras otro millón supervisó las elecciones. La dictadura perfecta quedó en el pasado, lo que estamos viviendo ahora es algo más prosaico y normal: una democracia en construcción.

No hay comentarios.: