viernes, agosto 14, 2015

Periodismo mortal, lo imperdonable es perdonable, los partidos empantanados, las devaluaciones en chino y perspectivas económicas

Los asesinatos del fotoreportero Rubén Espinosa y la activista Nadia Vega, junto con otras tres personas en la colonia Narvarte de la Ciudad de México, se han atribuido al robo, a la conexión colombiana, al desenlace trágico de una parranda, etc. pero lo único que se puede afirmar con certidumbre es de que Rubén Espinosa y Nadia Vega habían huido de las amenazas y del riesgo a su integridad física en Veracruz. El cadáver de Rubén fue encontrado con signos de tortura, dos balazos en el pecho y un tiro de gracia en la cabeza, sugiriendo un asesinato por contrato. Sin pretender apuntar dedos, es necesario, sin embargo, destacar el clima de violencia contra la libertad de expresión y el periodismo crítico que se vive en Veracruz. México es de por sí uno de los países más peligrosos para practicar el periodismo. En el primer semestre del 2015 se registraron 227 agresiones a periodistas en el país y Veracruz es el estado más letal para las labores informativas. Desde la llegada al poder del actual gobernador de Veracruz, Javier Duarte, aumentaron las amenazas y asesinatos de los periodistas críticos en el estado. Del 2011 a la fecha ha habido 20 periodistas asesinados en Veracruz. La gestión del gobierno de Veracruz ha estado marcada por excesos y sucesos extraños. El gobierno de Duarte heredó una deuda pública de por sí ya escandalosa del gobierno de Fidel Herrera de 21 mil 500 millones de pesos, incrementándola en más de 90% –en poco más de cuatro años (marzo de 2015)– a 41 mil millones de pesos. Dicho aumentó en la deuda pública desgraciadamente no se ha visto reflejado en proyectos equivalentes. También hay que recordar los 25 millones de pesos en efectivo que se encontraron en el 2012 en un avión privado del gobierno de Veracruz en el aeropuerto de Toluca. Este dinero, explicó el gobierno veracruzano, era para pagar la Cumbre Tajín, la Candelaria y el Carnaval. Curioso, hoy en día nadie hace semejantes pagos en efectivo, todo se maneja por transferencias bancarias o cheques.

Lo que se desprende de lo anterior es que hay una impunidad rampante de los poderosos en Veracruz. En el país, los gobernadores hoy en día son unos verdaderos caciques sin contrapesos dentro de sus propios estados. No estamos apuntando dedos, pero es difícil creer en tantas coincidencias. Lo único que se puede desprender con total certeza es que el periodismo crítico en Veracruz es una profesión de alta mortalidad.


Lo imperdonable ahora resulta que es perdonable. A un mes de la fuga de Joaquín Guzmán Loera mejor conocido como “El Chapo” las autoridades han sido incapaces de recapturarlo o de encontrar a los responsables, lo cual ha bajado aún más la ya minada popularidad del Presidente Enrique Peña Nieto y su gobierno, poniendo en riesgo la credibilidad y capacidad institucional del Estado Mexicano. El Chapo fue capturado por primera vez en 1993, escapándose de Almoloya de Juárez en el 2001, durante la administración panista de Vicente Fox. En ese entonces, la fuga del Chapo fue duramente criticada por el PRI. El Chapo fue capturado por segunda ocasión en el 2014 por el gobierno actual de Enrique Peña Nieto, considerándose un triunfo para los gobiernos del PRI. En discursos triunfalistas, el Presidente Peña Nieto, el secretario de gobernación y representantes del PRI aseguraron categóricamente que el Chapo no se volvería a fugar. El Presidente dijo en febrero del 2014 que sería imperdonable que el Chapo se escapara otra vez. El secretario de gobernación Miguel Angel Osorio Chong –días después de la captura del Chapo– anunció que se adoptarían las medidas necesarias para evitar una nueva fuga, incluyendo instalar en su oficina un monitor con la señal de la celda del Chapo. ¿Qué pasó? Nadie sabe, nadie supo, fue horrible… ahora las autoridades están apostando a que con el transcurrir del tiempo este tema pase al olvido.

Los partidos políticos están empantanados, en especial el PRD y el PRI, anunciando algunas sorpresas futuras. Con la salida de Carlos Navarrete de la presidencia del PRD se abrió la puerta a la lucha entre las tribus del partido. A menos de un año de haber llegado al cargo, Carlos Navarrete se separa para tratar de: a) evitar la desintegración de la izquierda, b) promover la unión de las diferentes corrientes dentro del partido, y c) reconstruir el diálogo con Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas. Sin embargo, en lugar de que las diferentes tribus se desintegren para integrarse a la corriente mayoritaria del PRD, parece ser que sus diferencias se han profundizado. Ahora, el futuro del PRD es más incierto. Por un lado, es factible que Andrés Manuel López Obrador no regrese al partido, y por el otro, es posible que estas luchas intestinales continúen profundizando aún más la crisis y disminuyendo el número de simpatizantes.

Manlio Fabio Beltrones ha declarado una simbiosis total entre Enrique Peña Nieto, gobierno y PRI, explicando que los tiempos de la sana distancia significaron en su momento perder la Presidencia de la República. Pero la pregunta obligada es ¿traerá beneficios esta cercanía con el gobierno? No lo creo. Aun cuando la gestión del partido mejore bajo la dirección de Beltrones, su reacercamiento con el gobierno de Enrique Peña Nieto en franca caída libre, con una alta desaprobación popular, le va a restar popularidad al PRI. La reputación presidencial se ha venido abajo trimestre tras trimestre. EPN pasó de una relación de aprueba-desaprueba de 78/20 a 21/79 en 18 meses. Con esta política de acercamiento con un Presidente y un gobierno impopular, el futuro del PRI pinta mal.

La crisis del PRD y la debilidad anunciada del PRI abren aún más la puerta a los candidatos independientes que cada día ganan más adeptos, convirtiéndolos en una opción factible para las elecciones del 2018. Eso, eso está bien.

Los mercados financieros han estado convulsionados y con gran volatilidad desde las tres sucesivas devaluaciones del Yuan, la moneda del gigante asiático. La divisa china se depreció 4.6% frente al dólar, la mayor revisión a la baja desde hace dos décadas. China, preocupada por la desaceleración en el crecimiento de su economía que cayó del 9% al 7% en los últimos años, le está apostando a reactivar su crecimiento a través de más exportaciones gracias a un Yuan más barato. No me cabe duda alguna de que en algún momento el gobierno chino deberá fortalecer su mercado interno para lograr un crecimiento más equilibrado y sostenido, puesto que seguir con la tradicional conducta de competencia comercial desleal no sólo significa costos para el resto del mundo, incluyendo a México, sino una falta de interés para fortalecer el consumo de sus ciudadanos lo cual agudizará y hará más evidentes los defectos de economía China. El secretario de hacienda Videgaray anunció que México está fuerte para enfrentar la volatilidad ocasionada por la devaluación del Yuan. Pero, en mi opinión México, como el resto de América latina, va a enfrentar importantes desafíos en su balanza comercial y en las tasas de interés en los mercados financieros globales.

Las autoridades financieras y del Banco de México han revisado continuamente a la baja las expectativas de crecimiento económico del país desde que se inició la gestión de gobierno Enrique Peña Nieto. Generalmente las explicaciones han tenido que ver con factores externos, tales como la caída del precio del petróleo, la inestabilidad de las economías europeas, la disminución en el crecimiento estadounidense, la crisis griega, etc. Las evasiones y cálculos mercadotécnicos, los discursos amañados, las acciones autoritarias y las inercias de otros tiempos confirman la falta de autocrítica y de evaluaciones críticas que lleven a cambios de rumbo y soluciones concretas. Hay que reconocer que en buena medida la debilidad en el crecimiento se debe a la disminución de la atracción de México para los inversionistas y de la confianza de los consumidores y ahorradores. Cada día más personas dudan sobre la capacidad de este gobierno de ofrecer seguridad, combatir la corrupción e impunidad y lograr un clima de confianza y certidumbre. La desconfianza creciente de los ciudadanos resulta de la notoria sensación de que no se ha actuado contra la corrupción, impunidad, ni la inseguridad.

La situación del país se ha venido complicando en este siglo, especialmente en los últimos años. Las perspectivas se siguen deteriorando sin que se advierta modificación alguna en las políticas públicas. Asombra a propios y extraños ver tantas equivocaciones de colaboradores ineptos, de que el gobierno siga con enfoques tradicionales e ineficientes y de que las medidas siempre se queden cortas ante las acciones que el país requiere.

Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?

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