En este
segundo artículo del tema en cuestión trataremos de responder a las siguientes interrogantes:
- ¿Cuáles
son los principales retos que se le presentarán al gobierno de EPN?
- ¿Cuáles son
las acciones que EPN deberá llevar a cabo para lograr su objetivo de crecimiento
económico con sentido social? Y
- ¿Qué requiere el México del mañana?
¿Cuáles son los
principales retos que se le presentarán a la administración de Enrique Peña Nieto?
Su primer
reto va ser evitar los errores de los gobiernos que lo antecedieron. EPN ha
hablado de no mirar más al pasado, insistiendo en la renovación del PRI.
Suponiendo que es sincero tendrá grandes desafíos en el orden interno.
Sin lugar a
dudas, el desafío más relevante es resolver el problema de la pobreza extrema y
la desigualdad. El modelo económico de los tres últimos gobiernos ha
favorecido más al sector externo como detonante del crecimiento, que al
fortalecimiento del mercado interno. Esto tiene que cambiar, porque no es
posible crecer por arriba del 2% mientras que la mitad de la población se
encuentra en la miseria y carece de oportunidades de superación.
Para
fortalecer el mercado interno y resolver la pobreza, se requiere llevar a cabo
las reformas estructurales, varias de las cuales van en contra de los intereses
clientelares del propio PRI. Pero no hay escapatoria, las reformas
estructurales en las áreas fiscal, energética, laboral y educativa son
esenciales para impulsar una economía de libre mercado con sentido social. De
lo contrario, EPN no tendrá los recursos suficientes para cumplir con su
principal promesa de “lograr la
seguridad social universal”, promesa cuya realización costaría alrededor de
900,000 millones de pesos anuales. Sin las reformas estructurales que impulsen
un crecimiento de por lo menos 5% anual no solamente no se generarán los
ingresos fiscales necesarios para financiar tal promesa, sino tampoco se van a
generar los empleos necesarios para combatir la pobreza.
Otro importante reto es luchar contra los famosos e inextinguibles dinosaurios y
sindicatos corruptos que tanto le han costado a la nación. Los dinosaurios
políticos están refugiados en los estados con gobernadores y alcaldes corruptos
algunos de los cuales bajo sospecha de estar coludidos con la delincuencia
organizada. Los grandes sindicatos corporativos como el petrolero y el de los
maestros requieren abatirse. Si el gobierno de Peña Nieto no puede llamar a
rendir cuentas a estos poderes fácticos, emblemáticos del despilfarro, la
impunidad y la corrupción, no podrá abatir la pobreza ni la desigualdad social,
ni menos crecer al ritmo acelerado que requiere México.
¿Cuáles son las
principales acciones que EPN debería llevar a cabo?
Suponiendo
que EPN es hombre de palabra y que en realidad busca el beneficio del país y no
el personal o el de su partido, sus acciones deberían empezar apenas se
confirme su triunfo. Las primeras acciones serían a muy corto plazo, de aquí al
1ro de diciembre de 2012 cuando toma posesión. Su administración no cuenta con
una mayoría en el Congreso. La medida inteligente es formar un gobierno de
coalición.
Un primer paso sería invitar al gabinete a Gabriel Quadri y a
Josefina Vázquez Mota, lo cual le daría, por un lado, una imagen conciliadora y
participativa y, por el otro, interlocutores para lograr el apoyo en el congreso
para que aprueben sus iniciativas. Dentro de éste orden de ideas, porque no le
ofrece chamba a Felipe Calderón, quien todavía tiene muchos años útiles por
delante; preferible que trabaje en su administración a que Calderón erija el
Centro Calderón y le haga ruido a su administración.
Peña Nieto
está obligado a gobernar con todos y para todos: los priistas y los de otros
partidos; los que nada tienen y los poderosos; su gobierno y el Congreso; el
gobierno federal y los locales; los políticos y los ciudadanos. Estas alianzas
y pactos no son nada fácil… resultan tan complicados que nunca se han dado en
nuestro país, pero también resulta cierto que jamás se han buscado de manera seria.
De no intentarlos, la administración de EPN fracasará y desilusionará como los
gobiernos de la alternancia. Y, como siempre, volveremos al mismo punto de
partida en seis años: “prometimos como nunca, e incumplimos como siempre.” Pongamos
los puntos sobre las is: más que un punto de llegada, esto es un punto de partida
hacia algo mucho mejor.
Peña Nieto
requiere de grandes esfuerzos de negociación y construcción de acuerdos
básicos, toda vez que será necesario llevar la democracia electoral a otras
dimensiones económicas, institucionales y sociales. Necesita introducir
elementos de coalición y participación en el gobierno federal, y cumplir con los
compromisos de las reformas estructurales. Solamente así la gente lo verá como
un presidente que se aleja del pasado, buscando beneficiar más al país que a su
partido.
Un segundo paso es apoyar al gobierno de Calderón para que
lleve a cabo las reformas estructurales a las que el PRI en el pasado se ha
opuesto. Por lo menos, las reformas
fiscal, laboral y energética, las que estimularían el crecimiento y generarían
recursos fiscales. De tal manera que cuando tome las riendas del poder reciba
una economía con mayor capacidad (1) de crecimiento, y (2) para crear más y
mejores empleos. EPN tiene que olvidarse de los celos partidistas y buscar el
beneficio nacional apoyando al actual gobierno panista para que lleve a cabo
las reformas estructurales que tanto requiere el país.
Un tercer paso es mejorar la eficiencia en la toma de
decisiones dentro de la administración pública. Peña Nieto requiere reestructurar
a las secretarías. Un principio que funcionaba bien en el pasado dentro del
contexto mexicano era la separación de las necesidades fiscales de las
responsabilidades del gasto público. Existía una lucha dialéctica entre la
Secretaría de Hacienda (responsable de la recaudación fiscal) y la Secretaría
de Programación y Presupuesto (encargada del gasto e inversión pública). Esta
confrontación competitiva obligaba a ambas secretarías a ser más eficientes.
Hay que separar
la responsabilidad de la recaudación fiscal de la función del gasto e inversión
pública, mediante el fortalecimiento de la Secretaría de Economía integrándole
como subsecretarías a las secretarías sectoriales (energía, comunicaciones y
transportes, agricultura, ganadería, turismo, etc.) esto no solamente
agilizaría la toma de decisiones y reduciría la burocracia sino haría más
eficiente la planificación del desarrollo y la asignación de recursos para el
crecimiento sustentable.
No es
lógico que la secretaría encargada de recabar los fondos para el desarrollo
también sea la responsable de la distribución de estos recursos entre los
diferentes sectores de la economía. La Secretaría de Economía tiene que decidir
qué es lo que se requiere para crecer y en dónde se debe invertir, para
resolver el problema de la pobreza, para ser más productivos, para crear más
empleos y exportar más. La Secretaría Hacienda tiene que decir “esto lo máximo
que te puedo dar sin comprometer la capacidad de crecimiento de la economía”.
Reducir los recursos a los agentes productivos mediante el cobro de impuestos afecta
negativamente al crecimiento económico, mientras que el gasto e inversión
pública en proyectos de desarrollo tiene un impacto positivo en el crecimiento.
En efecto, la
restructuración institucional propuesta crearía una súper-secretaría, de
equivalente poder a la Secretaría de Hacienda, pero eso está muy bien, pues solo
así, con una súper-secretaría, se podrá dialogar con los grandes sindicatos y
poderosos empresarios, tales como Slim, Baillères, Salinas, Garza Sada, Lorenzo
Zambrano, Azcárraga, Chedraui, Quintana, Roberto Hernández y otros.
A mediano plazo, las acciones que deberá tomar el gobierno de
EPN durante los seis años de su mandato estarán encaminadas a promover el
desarrollo económico y social de manera sostenida y sustentable, lo cual
implica hacer más robusto al mercado interno. Durante los próximos cuatro a
seis años México estará ante un clima de incertidumbre en el contexto
internacional, con bajas perspectivas de crecimiento de la economía global.
¿Qué requiere el México
del mañana?
Por lo
tanto, México requiere:
(1) fortalecer su blindaje económico, manteniendo prudencia fiscal y promoviendo la
estabilidad económica de los tres últimos gobiernos;
(2) fortalecer el mercado
interno mediante las reformas estructurales y la rendición de cuentas en la
asignación de recursos a los estados, municipios y sindicatos; nunca se podrá
abatir la pobreza ni reducir significativamente las desigualdades sociales
mientras los recursos no lleguen a quienes lo necesitan y tales recursos no
llegarán en los montos originales mientras continúe la corrupción e impunidad,
y
(3) promover más la interconectividad global mediante nuevos acuerdos de
intercambio comercial y tratados de
libre comercio; México debe aprovechar sus
ventajas geográficas, demográficas y culturales entre los EEUU y América Latina en un mundo crecientemente interconectado.
Cada vez es
más relevante la “conectividad” en el sistema económico mundial. El Estado con
más conexiones será el jugador central, capaz de aprovechar más las
innovaciones y lograr el crecimiento sostenible. Peña Nieto tiene la oportunidad de aprovechar
las ventajas geográficas comparativas, revitalizando la cuenca del Atlántico, proponiendo
una nueva relación entre las dos Américas y Europa. La Unión Europea y los EEUU
representan alrededor del 60% del PIB global. La mayor parte del comercio y la
inversión directa mundial pasan sobre el Atlántico. Existe un enorme potencial
para una integración económica más profunda. América podría convertirse en un
mercado integrado por más de 800 millones
de personas.
EPN tienen
la oportunidad de consolidar las instituciones democráticas y el estado de
derecho en nuestro país, haciendo del dialogo, la negociación y las coaliciones
elementos indispensables de las políticas de estado. Un México líder en la
integración económica entre Norte América, la Unión Europea y América Latina será
un jugador relevante e integral del mundo occidental.
El modelo
económico adoptado por México en los últimos tres gobiernos puede seguir rindiendo grandes beneficios, pero es un modelo
que tiene que flexibilizarse y ajustarse oportunamente a los cambios en el
contexto externo y a las necesidades internas. Actualmente el modelo no opera
bien debido a que no se han aprobado las reformas que requiere para adaptarse y
responder en tiempo a los retos externos e internos. Todos los modelos tienen que evolucionar: el cambio es la constante de cualquier economía exitosa.
En suma, el gobierno
de EPN tiene que marcar una diferencia importante con respecto a las tres últimas administraciones:
- formar un gobierno de coalición,
- fortalecer al mercado
interno a través de la creación de más y mejores empleos,
- crear una
súper-secretaría de economía, y
- retomar el liderazgo internacional en América
Latina.
Si EPN es sincero y honorable tendrá también que ser valiente para
emprender, por un lado, las reformas estructurales que requiere el país y, por
el otro, derrotar el caudillismo populista, la economía cerrada, los cotos de
poder, la corrupción y la impunidad.
No se requiere ser
genio para saber caminar en la dirección correcta, sólo se requieren pantalones.