¿Cuáles son los nexos entre la ficción artística y los hechos? En esta nota examino el trasfondo de la frase “la ficción ha sido rebasada por la realidad” con base en tres productos ficcionales: dos magníficas series de televisión y una novela de acción.
Castillo de Naipes “House of Cards” es una exitosa serie americana producida por Netflix basada en la miniserie británica de la BBC de 1990, a su vez proveniente de la novela del mismo nombre del autor Michael Dobbs. El éxito de estos tres productos se debe a la fascinante figura de un personaje central a todas nuestras culturas y sociedades: la del político triunfador que utiliza todos los medios a su alcance, ya sean legales o ilegales, morales o amorales, éticos o no, para alcanzar su fin último, el poder. El título de la serie “castillo de naipes” es apropiado a esos imperios políticos, a esas construcciones que requieren de visión, habilidad y paciencia hasta ser levantadas en imponentes, pero frágiles, edificaciones que fácilmente se pueden venir abajo por un movimiento súbito o una corriente de aire intempestiva.
La serie americana está actuada por grandes artistas. El papel del político principal Frank “Francis” Underwood está representado por Kevin Spacey, mientras que su fascinante y elegante esposa está personificada por la atractiva Robin Wright.
La trama se basa en lo más oscuro y tenebroso de la política, lo que más poco, lo que menos se conoce, pero que probablemente sea lo más real, común y constante de la política: la astucia, sagacidad, traición, manipulación, corrupción, uso indebido del poder, tráfico de influencias, intimidación, sexo, asesinato, chantaje, etc. Todo esto, por supuesto, no solamente se aplica a la política de los países anglosajones, sino es común a la mayoría de los políticos, independientemente de su origen cultural o inclinación ideológica. Un amigo me decía que “es más fácil estrechar la mano de Dios que la de un político honesto”, y probablemente tuviera razón. Lo común de este político triunfador, sinvergüenza y carismático a todas nuestras sociedades es lo que probablemente hace tan exitosa y atractiva esta serie: la realidad de lo que hay detrás de las figuras de nuestros políticos y gobernantes históricos y patrióticos… lo que hicieron para llegar al poder y lo que hicieron para mantenerlo.
El público en su gran mayoría pareciera apoyar y festejar los triunfos de esta ambiciosa y amoral pareja presidencial, proyectando que prefieren el éxito sin importar lo negro del camino seguido para alcanzarlo. ¿Que cuál es la conclusión de esta observación?, me preguntarás querido lector, y te respondería que probablemente para la naturaleza humana sea más importante alcanzar el triunfo que seleccionar los medios correctos para lograrlo… El triunfo asegura la sobrevivencia y las personas con bajos principios morales y éticos, ya sea por herencia o por una mala educación, escogen la política o la delincuencia para dominar al resto. Como dice el personaje de la serie, “Para aquellos que llegamos a la cima de la cadena alimentaria, no puede haber misericordia, hay tan sólo una regla: cazar o ser cazado”.
El Espejo Negro “Black Mirror” es una magistral serie de ciencia-ficción mostrada en la televisión británica en 2013. Es una serie parecida a aquella americana llamada “Un paso al más allá” de finales de los 50s y principios de los 60s. La diferencia con la serie americana es que el futuro en ésta serie británica se siente más real y cercano. La serie consiste de siete episodios, cada uno independiente de los demás, ilustrando una situación específica y un futuro en particular.
¿Si la tecnología es una droga, cuáles son sus efectos secundarios? Los capítulos examinan problemas específicos que las nuevas tecnologías van a generar en la conducta humana y social. Cada historia es un drama psicológico y social que juega con el conflicto entre las emociones humanas y la tecnología de próxima generación y de gran impacto, aquella que va a revolucionar las formas de interacción entre los seres humanos, tal y como la computadora y el teléfono celular lo hicieron en su momento.
El episodio que más me impactó fue “La Historia Entera de Ti” en donde los celos y la seguridad de un esposo, de profesión abogado, son exacerbados por un implante de memoria. Su esposa, a su vez es insegura y de ojo alegre, tiene un amorío con un ex amante durante una pelea con su esposo. Gracias a las grabaciones de los implantes de memoria, el esposo descubre la infidelidad de su esposa llevándolo a una situación de violencia y de conflicto extremo que lo lleva a sacarse el implante de su cabeza con una navaja de afeitar Gillette (sí, todavía hay navajas Gillete en ese futuro… bueno, no todos los futuros son perfectos).
Otra historia que me gustó mucho fuera la de “Ahora Regreso”, en donde una futura tecnología permite crear copias humanoides de seres humanos. Una joven viuda recrea a su marido recién fallecido con la nueva tecnología, utilizando sus correos, escritos, fotografías, vídeos y grabaciones. Al principio, la viuda es muy feliz con la copia de su marido pero al cabo de unas semanas, empieza a percatarse de que, aun cuando la copia es muy parecida a la de su amado marido, no es lo mismo, impidiéndolo a ella avanzar y superar el trauma. Lo repetitivo de la interacción, convence a la viuda de terminar su relación con la copia humanoide de su marido, manteniéndolo prisionero en el desván de su casa al no poder destruirlo.
Un episodio que me pareció muy interesante fue “El Oso Blanco”, en donde la sociedad futura castiga a los criminales de manera más cruel que los propios crímenes que cometieron, mientras se beneficia monetariamente al exhibir teatralmente la manera en cómo se castiga al criminal.
Aun cuando cada episodio es independiente y cada uno tiene su misión específica, en conjunto nos comunican un mensaje: cada gran tecnología dan origen a nuevos retos y desafíos cuyas soluciones habrá que encontrar. Como la Espada de Damocles, cada futuro trae un peligro inminente. Esta es una serie de ciencia-ficción, querido lector, que vas a tener que ver, es de las pocas que te hacen pensar más que te deslumbran con efectos especiales. La serie la pueden ver en Netflix.
Guerreros en el Paraíso “Warriors in Paradise” es una novela de acción y misterio que tienen lugar en Acapulco y Washington. La historia trata de tres jóvenes amigos que sufren una anomalía genética del gen del guerrero. Durante una fuerte tormenta tropical cruzan su camino con el de unos narcotraficantes, sufriendo intentos de asesinato, el secuestro de sus amigas y amenazas a sus familiares. La búsqueda de sus amigas y de los criminales culpables los lleva a la ciudad de México y a Washington en donde descubren una gran conspiración y a un grupo secreto de gran poder político y económico.
La premisa del libro es que los grandes delincuentes frecuentemente provienen de los grandes países. Todo producto o servicio ilegal tiene una oferta y una demanda. El problema principal de las drogas ha sido y sigue siendo la gran demanda de los americanos. Toda demanda crea su propia oferta, pero sólo escuchamos de grandes narco criminales fuera de Estados Unidos, del lado de la oferta: bolivianos, colombianos y/o mexicanos. Pero qué tal si un grupo tradicional de protestantes anglosajones con gran poder político y económico en Estados Unidos tomara la decisión de evitar los errores del pasado, tal y como sucedió durante la era de la prohibición cuando se gestaron las grandes mafias Italo-irlandesas.
Este grupo tradicional, reconociendo de que la demanda de los americanos por las drogas ilegales iba a continuar independientemente de cómo se atacara la oferta, toma la decisión de manejar la distribución de las drogas en los Estados Unidos, minimizando el costo social y evitando fortalecer a las grandes mafias. El éxito de un grupo así es continuar manejando las riendas del poder económico y político en el anonimato. Las denuncias institucionales por los medios de comunicación son fácilmente controlables por este grupo dada su extensa red de intereses, pero en los márgenes de su imperio se pueden producir enfrentamientos, tal y como sucede con estos tres grandes guerreros.
Te recomiendo este libro querido lector, no solamente porque es una lectura ágil, amena y entretenida con una trama a veces inteligente, sino porque también es de mi autoría. El libro lo puedes conseguir en Amazon.
martes, abril 14, 2015
Ficciones y realidades: políticos reales o imaginarios, futuros inciertos y conspiraciones del imperio
sábado, abril 04, 2015
La arrogancia de los economistas
Los economistas son constantemente criticados por no atinarle a las crisis, las cuales muchas veces acontecen sin previo aviso. Algunos los critican de ser arrogantes, leyéndose y celebrándose entre ellos mismos, ignorando al resto de los científicos sociales. Los críticos más severos los acusan de ser ignorantes perversos, recomendando políticas económicas sin solidos sustentos.
Una investigación reciente pareciera darles la razón a dichos críticos. La revista “The Journal of Economic Perspectives” informa que el 77% de los alumnos de doctorado en economía en Estados Unidos opina que ‘la economía es la ciencia social más científica’. El escritor Moisés Naim publicó recientemente (28/III/15) en el diario El País de España su artículo “La fraudulenta superioridad de los economistas”, argumentando que los economistas son arrogantes y que su “incapacidad para ofrecer soluciones para la crisis económica mundial revela que su instrumental teórico necesita urgentemente una inyección de nuevas ideas, métodos y supuestos sobre la conducta humana”.
¿Qué hay detrás de todas estas críticas y ataques? Y ¿Es la economía más científica que las otras ciencias sociales?
No es que los economistas no puedan predecir o prevenir las crisis, lo que hacen es avisar sobre la probabilidad que suceda una crisis y la manera de cómo evitarla. Cuando tienen éxito, evitan la crisis, o disminuyen su intensidad. Sin embargo, hay crisis que son totalmente impredecibles, los cisnes negros de la economía. Las crisis económicas suceden por lo incierto de la conducta humana y por lo aleatorio de la operación de los mercados.
Tal y como no se puede culpar a los policías por los crímenes de los delincuentes, tampoco se puede culpar a los economistas por las consecuencias catastróficas de los abusos de los políticos, gobernantes o banqueros. Culpar a los economistas por la crisis hipotecaria o la crisis griega, es como culpar al sol, la luna, o a los dioses del Olimpo. La culpa la tuvieron los gobernantes, autoridades regulatorias, políticos y banqueros corruptos e ineptos, precisamente los mismos que tienen el poder para alejar la culpa y traspasársela a otro grupo de la sociedad.
Todos los estudiantes, independientemente de que sean de economía, derecho, sociología o ciencias políticas van a pensar de que su disciplina es la más importante e interesante, es por ello que la escogieron en primer lugar. Citar su opinión acerca de la importancia de su especialidad respecto a las otras para luego acusarlos de arrogantes es ridículo e infantil.
¿Qué cuál es el mejor enfoque para resolver y evitar los problemas económicos? No me cabe la menor duda de que el mejor enfoque es el multidisciplinario e interdisciplinario, puesto que los problemas económicos son tan sólo manifestaciones de los problemas políticos, psicológicos y sociales de una sociedad y de los desafíos que se generan cuando los seres humanos trabajan para crear riqueza y distribuir el ingreso.
No obstante, hay que reconocer que en toda disciplina siempre habrá un grupo de practicantes que prefiere alejarse de lo útil para favorecer el enfoque egocéntrico y pseudo elegante. La economía ha atraído a muchos estudiantes de otras disciplinas, en especial de la física y las matemáticas. Los modelos matemáticos son mucho más elegantes que los económicos, y mucha gente piensa que los primeros definen a la nueva economía. Eso no es el caso. La precisión en la economía no existe, lo que existen son buenas o malas direcciones… “Lo importante no es que tan exacto sea el resultado, sino que este en la dirección correcta.”
No solamente hay una disciplina económica, existen varias y por lo tanto varios enfoques. La macroeconomía es diferente a la microeconomía. La economía positiva, aquella que trata de explicar los problemas actuales, es muy diferente a la economía normativa, aquella que trata de diseñar los mejores sistemas del mañana.
Las críticas generalizadas contra los economistas tienen un poco de verdad y mucho que no lo es. Los economistas no son los culpables de las crisis sino los gobernantes que adoptan medidas económicas contrarias a los principios del mercado y de la empresa privada. La economía es demasiado importante para dejarla en manos de políticos comprometidos con su propio interés, o el de su partido, o con ideologías que solo sobreviven en los países más corruptos, autoritarios y atrasados del mundo.
El verdadero problema no es si los economistas son más o menos arrogantes que los otros científicos sociales, o si son de izquierda o de derecha, el verdadero problema es que hay economistas que sirven y hay economistas que no. En otras palabras, hay buenos y malos economistas. Yo, como economista, siempre he pretendido servir y ser de los buenos. No sé si lo he logrado, pero lo sigo intentando.
Una investigación reciente pareciera darles la razón a dichos críticos. La revista “The Journal of Economic Perspectives” informa que el 77% de los alumnos de doctorado en economía en Estados Unidos opina que ‘la economía es la ciencia social más científica’. El escritor Moisés Naim publicó recientemente (28/III/15) en el diario El País de España su artículo “La fraudulenta superioridad de los economistas”, argumentando que los economistas son arrogantes y que su “incapacidad para ofrecer soluciones para la crisis económica mundial revela que su instrumental teórico necesita urgentemente una inyección de nuevas ideas, métodos y supuestos sobre la conducta humana”.
¿Qué hay detrás de todas estas críticas y ataques? Y ¿Es la economía más científica que las otras ciencias sociales?
No es que los economistas no puedan predecir o prevenir las crisis, lo que hacen es avisar sobre la probabilidad que suceda una crisis y la manera de cómo evitarla. Cuando tienen éxito, evitan la crisis, o disminuyen su intensidad. Sin embargo, hay crisis que son totalmente impredecibles, los cisnes negros de la economía. Las crisis económicas suceden por lo incierto de la conducta humana y por lo aleatorio de la operación de los mercados.
Tal y como no se puede culpar a los policías por los crímenes de los delincuentes, tampoco se puede culpar a los economistas por las consecuencias catastróficas de los abusos de los políticos, gobernantes o banqueros. Culpar a los economistas por la crisis hipotecaria o la crisis griega, es como culpar al sol, la luna, o a los dioses del Olimpo. La culpa la tuvieron los gobernantes, autoridades regulatorias, políticos y banqueros corruptos e ineptos, precisamente los mismos que tienen el poder para alejar la culpa y traspasársela a otro grupo de la sociedad.
Todos los estudiantes, independientemente de que sean de economía, derecho, sociología o ciencias políticas van a pensar de que su disciplina es la más importante e interesante, es por ello que la escogieron en primer lugar. Citar su opinión acerca de la importancia de su especialidad respecto a las otras para luego acusarlos de arrogantes es ridículo e infantil.
¿Qué cuál es el mejor enfoque para resolver y evitar los problemas económicos? No me cabe la menor duda de que el mejor enfoque es el multidisciplinario e interdisciplinario, puesto que los problemas económicos son tan sólo manifestaciones de los problemas políticos, psicológicos y sociales de una sociedad y de los desafíos que se generan cuando los seres humanos trabajan para crear riqueza y distribuir el ingreso.
No obstante, hay que reconocer que en toda disciplina siempre habrá un grupo de practicantes que prefiere alejarse de lo útil para favorecer el enfoque egocéntrico y pseudo elegante. La economía ha atraído a muchos estudiantes de otras disciplinas, en especial de la física y las matemáticas. Los modelos matemáticos son mucho más elegantes que los económicos, y mucha gente piensa que los primeros definen a la nueva economía. Eso no es el caso. La precisión en la economía no existe, lo que existen son buenas o malas direcciones… “Lo importante no es que tan exacto sea el resultado, sino que este en la dirección correcta.”
No solamente hay una disciplina económica, existen varias y por lo tanto varios enfoques. La macroeconomía es diferente a la microeconomía. La economía positiva, aquella que trata de explicar los problemas actuales, es muy diferente a la economía normativa, aquella que trata de diseñar los mejores sistemas del mañana.
Las críticas generalizadas contra los economistas tienen un poco de verdad y mucho que no lo es. Los economistas no son los culpables de las crisis sino los gobernantes que adoptan medidas económicas contrarias a los principios del mercado y de la empresa privada. La economía es demasiado importante para dejarla en manos de políticos comprometidos con su propio interés, o el de su partido, o con ideologías que solo sobreviven en los países más corruptos, autoritarios y atrasados del mundo.
El verdadero problema no es si los economistas son más o menos arrogantes que los otros científicos sociales, o si son de izquierda o de derecha, el verdadero problema es que hay economistas que sirven y hay economistas que no. En otras palabras, hay buenos y malos economistas. Yo, como economista, siempre he pretendido servir y ser de los buenos. No sé si lo he logrado, pero lo sigo intentando.
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